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LA
DATACIÓN DEL PERIODO PREDINÁSTICO EN EGIPTO
La
Datación Relativa: Sir W.M. Flinders Petrie
Los
antecedentes:
Antes de 1895, la historia conocida de Egipto
se remontaba únicamente hasta el reino de Esnofru, cuyo reinado ha sido datado
entre 2613 y 2589 a.C., primer faraón de la IV Dinastía y padre de Quéope o Jufu -en cuanto a la transcripción al español de los
nombre egipcios trataré de atenerme a las normas establecidas por el Profesor
Padró en su trabajo «La Transcripción castellana de
los nombres propios egipcios» Aula Orientalis V, 1987, páginas 107-124- (ver Spencer, J. 1993 «Early Egypt: the Rise of Civilization in the Nile Valley»
University of Oklahoma Press, p. 9). De hecho, en la primera edición de su «Historia de Egipto», publicada en 1894, Petrie afirma: «The first three dynasties are a blank, so far as monuments are concerned;
they are as purely on a literary basis as the kings of Rome or the primeval
kings of Ireland. And a people who could put into regular chronologic order, as
rulers of the land, the lists of their gods, were quite capable of arranging
human names as freely and as neatly» [«Las
tres primeras dinastías son un espacio en blanco, en cuanto a los monumentos
concierne; ellos existen puramente sobre una base literaria, como los reyes de
Roma o de los Reyes Primigenios de Irlanda. Y un pueblo que podía poner en un
orden cronológico regular, como gobernantes de la tierra, las listas de sus
dioses, eran perfectamente capaces de organizar los nombres humanos, de forma
tan libre como pulcra». Traducción del autor de este texto] (Petrie, F. 1897 «A History of Egypt Vol.
I: From the Earliest Times to the XVIth Dynasty» London, p. 16).
No obstante en la quinta edición
de esta misma obra, en 1902, Petrie ya subsana ciertas carencias en cuanto a
algunos conocimientos que se han ido adquiriendo a lo largo de los últimos años
del siglo XIX y principios del XX durante los cuales se había ampliado,
retrospectivamente, el conocimiento de la cultura egipcia más allá de la Cuarta
Dinastía y el Faraón Esnofru.
Es pues
durante la última década del s. XIX cuando se producen los primeros hallazgos
de las evidencias dejadas por las gentes que habitaron el Valle del Nilo antes
del comienzo del periodo dinástico en el Antiguo Egipto, incluyendo también,
como hemos visto, las tres primeras dinastías, hasta esos momentos sin resto
material alguno que estudiar.
Si en
aquellos momentos, finales del s. XIX, ya era complicado establecer con
exactitud un marco cronológico para el periodo histórico, podemos imaginar las
dificultades que los pioneros en el estudio del ámbito predinástico hubieron de
padecer para poder datar, con mínimas garantías de exactitud, los acontecimientos,
reinados, objetos y demás restos materiales pertenecientes a ese periodo,
todavía prehistórico propiamente dicho. Una misión realmente complicada, si no
imposible.
Durante la temporada de excavaciones 1893-1894
Petrie había estado buscando los restos de otros invasores, en este caso de la denominada
“Dynastic Race”, de cuya existencia
estaba convencido, tal y como nos expone en 1893 en su obra resumen «Ten Years Digging in Egypt, 1881-1891»,
página 146, En efecto, Petrie pensaba que el Antiguo Egipto había sido unificado por una «Raza Dinástica» invasora (inmediatamente
anterior, pues, a la Primera Dinastía), originaria del este, de algún lugar
entre Elam y Sumer y que habría entrado
en Egipto, vía el Wadi Hammamat, alrededor del comienzo del periodo Gerzeense.
Por ese motivo, durante la campaña de excavaciones entre 1893 y 1894, Petrie se
dedica a excavar en la zona de Coptos (Petrie, 1896, «Koptos»), supuesto punto de entrada en Egipto de aquella «Raza Dinástica». Sin embargo, lejos de
hallar los restos de estos primeros invasores, lo que encuentra son aquellos
primeros vestigios de lo que él denominaba la «Nueva Raza». Entre estos restos se encuentran los llamados «Colosos
de Coptos», tres grandes esculturas que representan al dios local Min y
cuyas superficies contienen diversos grabados. El propio Petrie reconocerá,
años más tarde, eso sí, que pertenecen a un tipo de arte mucho más temprano que
cualquier otra cosa conocida en Egipto hasta entonces (Petrie, 1901 «Diospolis Parva, the Cemeteries of Abadiyeh
and Hu 1898-1899» página 2 donde él explica: «In 1893-4 I went to Koptos, to search for remains of the dynastic race,
which presumably had entered Egypt at that point from the Sea. In the lowest part of the temple foundation we found parts of three
colossal figures of the local god Min, each with surface carvings of animals, etc.
They obviously belonged a far earlier art than anything known in Egypt, and all
later discoveries confirm their being placed as the earliest works of the
dynastic race from the Red Sea, long before the establishment of the Dynasties.
One figure is at Cairo, and two are in the Ashmolean Museum at Oxford. Beside
these there were found pieces of what we now know to be early prehistoric
pottery, showing that Koptos was a site dating from the earliest continuous civilization
; and also examples of early modelling in pottery. All of
this was published in «Koptos, 1896» [«En 1893-4 yo
fui a Coptos, para buscar restos de la «raza dinástica», que presumiblemente
había entrado en Egipto en este punto desde el mar. En la parte más baja de los
cimientos del templo encontramos partes de tres figuras colosales del dios
local Min, cada una con las superficies talladas con animales, etc. Ellos,
obviamente, pertenecían a un arte mucho más anterior a cualquier otro conocido
en Egipto, y todos los descubrimientos posteriores confirman su situación como
los trabajos más tempranos de la «raza dinástica» procedente del Mar Rojo,
mucho antes del establecimiento de las Dinastías. Una figura se encuentra en El
Cairo, y dos se encuentran en el Museo Ashmolean en Oxford. Junto a éstas, se
encuentran piezas de lo que hoy conocemos como la cerámica prehistórica
temprana, mostrando que Coptos era un sitio que data de la civilización
continua más temprana: y también ejemplos de la temprana modelación de la
cerámica. Todo esto fue publicado en «Koptos, 1896». (Traducción del autor de este
texto)].
Pero de
nada habrían de valer los argumentos de Petrie aduciendo que no existían
evidencias arqueológicas que permitiesen probar lo que De Morgan afirmaba, es
decir, que los restos hallados se encontraban, cronológicamente hablando, antes
de la Primera Dinastía y no entre la VI y la XI tal y como afirmaba Petrie. Y es
que, durante la campaña 1896-1897, De Morgan, que está excavando en Nagada,
descubre los restos de una tumba de «ladrillos panelados», o sea, lo que
conocemos como «fachada palacial» y que es atribuida inicialmente a
Menes (De Morgan, 1897) aunque más tarde se demostraría que pertenecía
realmente a la reina Neith-Hotep, madre de Aha y posiblemente la esposa de
Narmer. En esta tumba, De Morgan encuentra, junto a objetos que pertenecen
claramente al Dinástico Temprano, otro tipo de objetos similares a los hallados
en otras tumbas, presuntamente pertenecientes a esa «Nueva Raza» de
Petrie, incluidas unas serie de jarras con las «líneas onduladas degeneradas»
de Petrie lo cual probaba, fuera de toda posibilidad de duda, que esas líneas
onduladas degeneradas eran el punto final de una tendencia estilística y que
ciertamente pertenecían a esos habitantes del Valle del Nilo, predecesores de
los egipcios de la época faraónica, desmontando, de paso, la teoría basada en
el difusionismo, de una cultura invasora que hubiera introducido en Egipto las
bases de una nueva cultura mucho más avanzada ya que, poco a poco, se iban
sentando las bases para pensar en una continuidad cultural, con sus
correspondientes etapas, más que en un cambio radical producido por la
invasión, más o menos pacífica, de un pueblo ajeno al propio Valle del Nilo.
No
obstante, aunque no le sirviera demasiado dado su carácter, a Petrie siempre le
quedaría el consuelo de pensar que había sido la suerte la que se había aliado
con De Morgan cuando afirmó por primera vez que se trataba de los restos de los
habitantes predinásticos del Valle del Nilo, que todo había sido consecuencia
de una «happy guess», una afortunada conjetura y el caso es que Petrie
tenía razón puesto que, hasta el descubrimiento de la tumba de la reina
Neith-Hotep en Nagada, De Morgan no había aportado ni una sola prueba
concluyente. Al final Petrie se ve obligado a rectificar, a «dar su brazo a torcer»,
reconocer su error y admitir que los yacimientos desenterrados tanto en Nagada
como en Abidós y en otras partes de Egipto no pertenecían a esa «Nueva Raza»
de invasores extranjeros durante el Primer Periodo Intermedio, ni siquiera a
esa «Raza Dinástica» que habría llevado la «cultura» a los
egipcios para que pudieran crear el Egipto Faraónico. Ello sucede a raíz de las
excavaciones que Petrie lleva a cabo en Dendera durante la campaña 1897-1898
(Petrie, 1900) durante las cuales descubre un cementerio cuyas tumbas abarcan
un periodo que va desde la VI Dinastía hasta la XI sin que apareciera resto
alguno de su «Nueva Raza», los cuales deberían haber estado presentes si
ese periodo fuera donde realmente hubieran debido ubicarse esos restos.
Una vez
fehacientemente demostrado que todos estos hallazgos eran anteriores a la
primera Dinastía, Petrie decide hacerse cargo de una ardua tarea, establecer un
marco que sirviera para ordenar cronológicamente todo el periodo predinástico
del Antiguo Egipto.
Ahora bien:
¿cómo datar los hallazgos y acontecimientos dentro de ese periodo? ¿Cómo crear
ese marco cronológico para un periodo del que, en aquellos momentos, no se
disponía ni de un solo documento escrito ni tampoco de la tecnología suficiente
como para datar con cierta exactitud los objetos encontrados? Petrie tiene el
mérito de encontrar una original solución para ese problema. Puesto que, por
los motivos citados resulta imposible establecer una datación absoluta, Petrie
decide desarrollar un método capaz de fijar «fechas relativas» si no
podemos conocer la edad exacta de cualquiera de los elementos hallados sí que,
al menos, podemos tratar de establecer su posición relativa con respecto al
resto del resto de objetos hallados o acontecimientos conocidos. Este sistema
es denominado «Sequence Dates» (Petrie, 1901: 6) por el nombre dado a
las etapas en que Petrie divide el periodo predinástico. El desarrollo de este
sistema se produce, fundamentalmente, entre 1899 (Petrie, 1899 «Sequences in
Prehistoric Remains») y 1901 (Petrie, 1901 «Diospolis Parva: the
Cemeteries of Abadiyeh and Hu, 1898-1899»). A continuación trataré, y
espero lograrlo, de explicar, lo más claramente posible, tanto el sistema de
datación, propiamente dicho, como el proceso que siguió el propio Petrie en su
diseño y desarrollo.
Petrie en 1899, el diseño inicial del su
sistema de datación relativa.
El sistema
de datación de Petrie es esbozado inicialmente en un artículo titulado «Sequences
in Prehistoric Remains» publicado en «The Journal of the Anthropological
Institute of Great Britain and Ireland» (Petrie 1899: Vol. 29, Nº 3/4: pp. 295-301).
En los primeros párrafos de su reducido (seis páginas y tres láminas) pero
importante trabajo, Petrie trata de convencernos, con argumentos que hoy en día
quizá escandalizaran a más de un historiador, que lo importante a la hora de
establecen la sucesión de acontecimientos no es el tiempo transcurrido entre
dichos acontecimientos sino el orden en el que sucedieron, así nos pone como
ejemplo: «But it may be said that in dealing with ages before any written
record of years no reference to time or dates is possible. In the narrowest sense this may be
true. Yet the main value of dates is to
show the sequences of events; and it would matter very little if the time from
Augustus to Constantine had occupied six centuries instead of three, or if
Alexander had lived only two centuries before Augustus. The order of events and
the relation of one country to another is the main essential of history.
Indeed, the tacit commonsense of historians agrees in treating the periods of
great activity and production more fully than the arid ages of barbarism, and
so substituting practically a scale of activity as the standard rather than a
scale of years» (Petrie, 1899: 295) [«Pero se puede decir que al tratar con las épocas anteriores a cualquier registro escrito de los
años no es posible hacer referencia
al tiempo o las fechas. En el más estricto sentido esto puede ser cierto. Sin embargo, el principal valor de las fechas es para mostrar las secuencias
de eventos; y que importa muy poco si el tiempo desde
Augusto hasta Constantino había ocupado
seis siglos en lugar de tres, o si Alejandro hubiera vivido sólo dos siglos antes de Augusto. El orden de
los acontecimientos y la relación de un país con otro es lo esencial de la historia. De hecho, el sentido común tácito de los historiadores
está de acuerdo en tratar los períodos de gran actividad y de producción
en mayor medida que los tiempos áridos de la barbarie, sustituyendo así prácticamente
y de manera estándar, una escala de actividad en lugar
de una escala de años.» (Traducción elaborada por el autor del presente trabajo)].
Lo que, en
definitiva, trata de decirnos Petrie es que no tiene porque existir problema
alguno en dividir el pasado en «eventos» en lugar de hacerlo en espacios
temporales claramente delimitados. Si lo pensamos bien no es extraño que
pensase eso, estamos en 1899 y no existe medio alguno para determinar una fecha
absoluta en un periodo del que no tenemos ni un solo documento escrito ni una
sola referencia temporal absoluta, para la cual habríamos de esperar todavía
hasta el 1 de julio del 776 a.C., inicio de la primera Olimpiada. Por lo tanto,
y aunque a nadie se le hubiera ocurrido hasta entonces, visto con la
perspectiva actual la de Petrie fue la actuación más normal. De forma que, tal
y como nos dice, existía la posibilidad de reducir las épocas prehistóricas a
una secuencia histórica y definirla tan fácilmente como si se tratase de tiempos
históricos. Si podíamos adoptar algún tipo de escala y relaciones de
actividades humanas, podíamos, así mismo, medir el pasado por medio de estos
parámetros tal y como si lo hiciéramos con periodos temporales netamente
definidos.
De esta
forma Petrie continúa afirmando que, en el caso de que la información fuera
completa, no habría problema en asignar un grado concreto en una escala
arbitrariamente creada, por ejemplo, para cien objetos del pasado del hombre que
hubieran sobrevivido a nuestro tiempo y, de esta forma, obtener una serie
razonable de «Sequence Dates» [Esta es la primera ocasión en la que aparece esta expresión «Sequence Dates» en la obra de Petrie] para
cualquier periodo no datado o medido hasta ese momento. Estas «Sequence
Dates», continua diciéndonos Petrie, tendrían, evidentemente una relación
de años variable en las diferentes partes de esta escala temporal pero eso no
impediría disponer de un sistema razonablemente válido para dividir el pasado y
establecer las comparaciones oportunas entre periodos «relativa y
materialmente» contemporáneos de distintas zonas geográficas o culturales.
Así, las «Sequence Dates» de una región determinada podrían ser
correlacionadas con aquellas de otra zona mediante conexiones entre los restos
materiales hallados en ellas. No le cabe duda a Petrie que sería un gran logro
ser capaz de expresar esa relación mediante un sencillo sistema de datación en
lugar de hacerlo mediante complejas y elaboradas definiciones de periodos
denominados a partir de un lugar que sería equivalente a la parte anterior o
posterior de otro periodo denominado a partir de algún otro lugar.
Una vez
pensada la forma de llevar a cabo la idea, el primer paso es crear un «corpus»
de dibujos de cada una de las clases de objetos. No obstante, dada la cantidad
de objetos de diferente naturaleza encontrados en los miles de tumbas
desenterradas, la tarea a acometer podría llegar a ser impracticable a efectos
prácticos. Habida cuenta que en esos momentos Petrie ya disponía de una gran
cantidad de información procedente de las tumbas excavadas durante los últimos
años del siglo XIX lo que ahora precisaba era de un método que le permitiera
disponer del registro de los objetos recuperados de cada una de las tumbas, de
forma que pudieran ser comparados rápidamente con los objetos recuperados de
cada una de las demás tumbas. Lógicamente encuentra imposible dibujar todos los
objetos encontrados en todas las tumbas ya que resultaría muy complicado poder
apreciar las diferencias entre los de unas tumbas y otras y poder establecer
las consiguientes comparaciones, de forma que en el artículo publicado en 1899,
al establecer los primeros pasos para dar forma a su sistema de datación
relativa, lo primero que necesitaba Petrie era un material más o menos
homogéneo con el que trabajar para poder establecer una secuencia temporal.
Petrie, entonces, decide basarse y trabajar, en principio, solamente con la
cerámica, material que aparecía con más frecuencia en las tumbas predinásticas,
y además por otras dos razones fundamentales:
- La primera es que, al tratarse de un material más común, era menos probable que existieran copias intencionadas pertenecientes a épocas posteriores, lo cual cabría la posibilidad de que sucediese si se tratase de objetos realizados en materiales más valiosos.
- La segunda porque era menos probable que un objeto cerámico fuese transmitido de generación en generación tal y como podría suceder en el caso de que se tratara de otro tipo de objetos más valiosos como armas de metal, objetos realizados con metales preciosos o en algún tipo de piedra dura, tratando de evitar en la medida de lo posible cualquier distorsión de los niveles temporales o Sequence Dates.
preferible no extender todos los tipos más
allá de 99 números en cada clase con el objeto de evitar tres dígitos; donde
existan muchas diferencias entre tipos uno o más números pueden ser dejados en
blanco para posibles descubrimientos posteriores de formas intermedias; donde
haya muchas sub-variedades de un tipo pueden ser añadidas letras, como P28a,
P28b, P28c; así si el tipo no puede ser distinguido con exactitud, P28 solo
puede ser usado para él»
En la obra ya
citada antes (Petrie y Quibell, 1896), se definen los nueve tipos cerámicos
detectados por Petrie y sus colaboradores, a saber:
- Black Topped Red Pottery o Cerámica Roja de Borde Negro (B-ware) (Petrie y Quibell, 1896: Láminas XVIII a XXI; Petrie, 1921: Láminas I a VIII).
- Polished Red Potterry o Cerámica Roja Pulida (P-ware) (Petrie y Quibell, 1896: Láminas XXII a XXIV; Petrie, 1921: Láminas IX a XIV).
- Fancy Pottery o Cerámica de Fantasía (F-ware) (Petrie y Quibell, 1896: Láminas XXV a XXVII; Petrie, 1921: Láminas XV a XIX).
- White Cross-Lined Pottery Cerámica de Líneas Blancas Cruzadas (C-ware) (Petrie y Quibell, 1896: Láminas XXVIII y XXIX; Petrie, 1921: Láminas XX a XXV)
- Black Incised Pottery o Cerámica Negra Incisa (N-ware) (Petrie y Quibell, 1986: Lámina XXX; Petrie 1921: Láminas XXVI y XXVII).
- Wavy-Handled Pottery o Cerámica de Asas Onduladas (W-ware) (Petrie y Quibell, 1896: Láminas XXXI a XXXII; Petrie, 1921: Láminas XXVIII a XXX).
- Decorated Pottery o Cerámica Decorada (D-ware) (Petrie, 1896: Láminas XXXIII a XXXVI; Petrie, 1921: Láminas XXXI a XXXVII).
- Rough-Faced Pottery o Cerámica de Aspecto Grosero (R-ware) (Petrie y Quibell, 1896: Láminas XXXVII y XXXVIII; Petrie, 1921: Láminas XXXVIII a XLIV).
- Late Pottery o Cerámica Tardía (L-ware) (Petrie y Quibell, 1896: Láminas XXXIX a XLI; Petrie, 1921: Láminas XLV a LI).
Ver más información sobre cada uno de estos tipos cerámicos en Clases cerámicas de Petrie.
Ver también la información contenida sobre el Sistema Viena de clasificación de la cerámica del Antiguo Egipto en el siguiente enlace: Sistema Viena.
Nueve clases
cerámicas diferentes con las que Petrie había ya construido en 1896 un primer "Corpus" con unos
770 (ver nota a pie de página 8) tipos diferentes y que, años más tarde
(Petrie, 1921), en su trabajo «Corpus of Prehistoric Pottery and Palettes»
ampliaría a casi 1750 tipos.
Antes de
continuar con el proceso de elaboración del sistema de las «Sequence Dates»
haremos una precisión: estas nueve clases cerámicas fueron definidas siguiendo
criterios heterogéneos, quizás demasiado, lo cual supondrá, como ya veremos más
adelante, una de las fuentes de las que surgen algunas de las críticas al
sistema de Petrie. Estos criterios de clasificación eran tan distintos como
podemos ver a continuación:
- El material con el que estaban elaborados los elementos cerámicos, como sucede con el tipo «Rough Faced Pottery».
- La técnica de cocción y acabado en otros casos, como pasa con los tipos «Black Topped» o «Polished Red».
- La decoración, por ejemplo en el caso de las cerámicas «Cross-Lined Pottery», «Black Incised Pottery» o «Decorated Pottery».
- La forma, como en el caso de la cerámica «Fancy».
- Algunos detalles morfológicos, criterio utilizado en los tipos cerámicos «Wavy-Handled».
- O, por finalizar, la propia cronología relativa del objeto cerámico, caso de la cerámica «Late».
No
obstante, y en eso hemos de darle la razón a Petrie, sobre todo si analizamos
el momento en el que toma estas decisiones, estas clases, independientemente de
su heterogeneidad, satisfacían una primera necesidad de clasificación ya que, según
Petrie, no dejaban lugar a dudas sobre a qué clase cerámica pertenecería cada
uno de los ejemplares hallados.
En estos
momentos, Petrie dispone de una gran cantidad de objetos, tanto cerámicos como
de otro tipo, hallados en las aproximadamente 3000 tumbas excavadas en la zona
de Nagada y Ballas, a las que habrá que sumar posteriormente otras 1200
desenterradas en Abadiya y en Hu, publicadas, estas últimas, por Petrie en
1901, en la obra «Diospolis Parva: the Cemeteries of Abadiyeh and Hu,
1898-1899» y donde, junto al artículo citado anteriormente, «Sequences
in Prehistoric Remains» expone, paso a paso, la forma cómo desarrolló su
sistema de las «Sequence Dates» el cual, utilizando al mismo tiempo el contenido
de las dos obras citadas para evitar posibles reiteraciones, paso a resumir a
continuación.
Ante la
imposibilidad existente en aquellos momentos para establecer una edad exacta
para los descubrimientos, Petrie parte de la idea de que se puede usar una
escala de sucesión, de orden, en la que el tiempo, en términos absolutos, es
desconocido. La base para la realización de semejante escala de sucesión o de
orden la encuentra Petrie en la gran cantidad de enterramientos sacados a la
luz. En efecto, mediante su colocación en el orden temporal original se
lograría establecer un orden temporal relativo entre las tumbas excavadas, como
si dispusiéramos de una escala de años (Petrie, 1901:4).
Petrie
(1901: 4) nos dice que, teniendo el material en la forma adecuada, es decir, en
un corpus lo más completo posible, podemos ahora comenzar a ordenarlo según los
principios que explicaré a continuación. Sólo será utilizada la cerámica para
ordenar las tumbas ya que es suficientemente abundante y variada y el resto de
objetos como vasos de piedra, paletas de pizarra, sílex o pedernal cuando se dispongan en el orden producido por los resultados del estudio de la
cerámica, servirán como comprobantes de la exactitud de
los resultados.
Para explicar el proceso
seguido por Petrie para desarrollar su sistema de datación relativa acudiré a
partir de ahora, como mejor fuente de información, a las dos obras en las que
el autor las desarrolla, es decir «Diospolis
Parva: The Cemeteries of Abadiyeh and Hu, 1898-1899» de 1901 y «Sequences in Prehistoric Remains»
artículo publicado en 1899.
El siguiente trabajo debía ser, lógicamente,
colocar las 900 fichas, con la mayor exactitud posible, en el orden cronológico
original de las tumbas seleccionadas (recordemos que siempre hablamos de
cronología relativa). Para hacer esto con la mayor precisión, Petrie nos dice
(1900: 297) que hay cinco métodos, teniendo en cuenta las siguientes
consideraciones:
- La superposición real de los enterramientos o tumbas, pero esta situación, la de encontrar dos tumbas, una sobre otra, con lo que la superior sería más reciente que la inferior, raramente es encontrada en los cementerios excavados por Petrie y su equipo.
- El desarrollo o la degradación de las formas de los elementos cerámicos hallados, criterio que habría de resultar muy valioso, siempre y cuando, claro está, se hiciera de forma «irreprochable», según la expresión usada por Petrie (1900: 297).
- La agrupación estadística proporcionada por el parecido de los elementos cerámicos, está sería la base para la clasificación de los grandes grupos.
- La agrupación de tipos similares, juzgando en base al estilo, de forma que podamos obtener una disposición más detallada de la obtenida por el método tercero.
- Tener en cuenta la dispersión mínima de cada tipo, y la concentración de los ejemplos «extremos».
1ª) La información ofrecida por los enterramientos posteriores, en túmulos, será de gran valor para probar el orden temporal relativo. La superposición en cuevas y en depósitos lacustres es igualmente valiosa. , y el acuerdo existente en la secuencia temporal de la piedra, el bronce y el hierro puede hacer que los depósitos
en los que aparezcan estas
edades sucesivas sean equivalentes
al orden de la superposición local.
Esta evidencia ofrece una base para elaborar divisiones generales, que servirán para probar el orden de la secuencia,
de más temprano a más tardío y prevenir, de esa forma, el posible error de
confundir el orden temporal. Será a partir de estas grandes
divisiones como se «refinará» a
menores periodos.
2ª) Una serie de cambios en el crecimiento gradual o
en la decadencia en la forma o el estilo de un solo tipo, cuando todos las
muestras pertenezcan a una localidad [Posiblemente con el término «Locality»,
Petrie no se refiera a una localidad en el sentido de población, pueblo o
ciudad sino que se refiera a una zona o yacimiento arqueológico determinado,
tal y como sucede en Hieracómpolis, donde los yacimientos están divididos en «Localities»] y sea
incuestionable su conexión, es del más alto valor. Esto permite que un largo
periodo pueda ser ordenado en un orden aproximado y sirve como escala para
señalarnos la aparición o desaparición de otros tipos. Así, tumbas
contemporáneas que podrían no contener este tipo fluctuante, pueden ser
clasificadas en las series con el fin de que ocupara su verdadera posición.
Cuando las series de un tipo estén ordenadas y todas las fichas que lo
contengan estén colocadas en orden, entonces cuando una nueva ficha deba ser
colocada en las series, cada tipo en ella será buscado en las series y tanto el
primero como el último ejemplo deberán ser señalados, destacados o anotados. Cuando
cada tipo en la ficha tiene, por lo tanto, su principio y su final en las
series marcadas, es fácil ver que la tarjeta debe ser colocada después de todos
los inicios y antes de todos los finales de los tipos. A menudo esto no sucede
así y puede suceder que el rango de un tipo deba ser extendido a un extremo o a
otro para poder, así, incluir la nueva tarjeta en las series. Así el nuevo
material debe ser incorporado en series ya marcadas o distinguidas por el
desarrollo de algún otro tipo.
3ª) Un gran
grupo de tumbas puede no contener ningún material que pueda ser datado ya, pero
puede estar entre dos clases más definidas. De esa forma, en Egipto, hay
algunos cientos de tumbas que son posteriores que los vasos con decoración de
línea blanca, y más tempranas que las series de jarras de asas onduladas. Las
fichas de esas tumbas han de ser, por lo tanto, marcadas con la proporción de
tipos cerámicos que ellas tengan en común con la clase mejor conocida ya sea
con el comienzo como con el final de las series. Aquellas con tipos más como
aquellos de una clase terminal irán, naturalmente, naturalmente, más cerca de esa clase. Esta
forma de clasificación estadística por semejanza con alguna clase definitiva es
la única manera de desmantelar o disolver una masa indistinta de gran tamaño.
Así las tumbas pertenecientes a la Edad del Hierro temprana deberían ser
ordenadas de acuerdo con la proporción de objetos que contenga en común con
tumbas de la Edad del Bronce final.
4ª)
Cuando una clasificación estadística general, de esa forma, ha disuelto,
desmantelado, una masa determinada de elementos en vagas etapas, el siguiente
paso es refinar o «afinar» estas vagas etapas agrupando juntos tipos
similares que se encuentran cercanos unos con los otros y así mejorar el orden
mediante más evidencias individuales. Así, por ejemplo, unos «fibulae» [Plural de «fibula»: Peronés]
podrían ser clasificados, de forma tosca o aproximada, por las proporciones de
tipos cerámicos que fueran encontrados junto a ellos, pero las similitudes de
forma les permitirían ser colocadas en orden de manera más exacta. O los vasos
decorados podrían ser ordenados más
estrechamente,
o más exactamente, por los diseños
después de que su distribución general fuera vagamente establecida
estadísticamente.
5ª) Debe
ser buscada la mínima dispersión de cada tipo. Está claro que si tuviéramos una
serie de tumbas colocadas realmente en el orden original, cualquier
perturbación de este orden original se propagaría, probablemente, a los rangos
o intervalos de algunos de los contenidos. Por lo tanto, el orden que ofrezca
los más intervalos más cortos de los tipos será, probablemente, el verdadero.
Por supuesto los intervalos no son de la misma longitud. Algunos tipos,
especialmente las formas más simples, abarcan sobre varias centurias. Otros
tipos, especialmente los que presentan decoraciones complejas y peculiares,
fueron hechos, quizás, sólo durante unos pocos años, o incluso para una sola carga del horno.
Cuando
vamos a buscar los casos extremos, temprano y posterior, de cada tipo se ve que
ellos pueden ser acortados concentrados hasta que llega un punto donde hay
tensión entre dos tipos y la ficha debe contener tanto el primer ejemplo de un
tipo o el último de otro. Qué es lo que cede o flaquea es determinado viendo si
la extensión de un tipo o del otro estarán más de acuerdo con tipos similares
relacionados con estos.
Así,
finalmente la colección de fichas o tarjetas, representando cada una de ellas a
una tumba, es reducida a la aproximación más cercana al orden original de las
tumbas. Una vez que lo hayamos hecho, el total de fichas es dividido en grupos
iguales, en el caso de Egipto 900 tarjetas fueron divididas en 50 grupos de 18
fichas cada uno y los límites de los grupos pueden ser ligeramente modificados
a fin de incluir los limites de tipos bien marcados sólo dentro de un grupo.
Entonces estos grupos han de ser numerados, y esos números son las «Sequence
dates» de los grupos. Para el Egipto Prehistórico se formaron 50 grupos,
dejando 29 etapas para los grupos más tempranos que pudieran ser encontradas en
el futuro [Como en efecto sucedió con el Badariense] y 19
etapas en el otro extremo para posteriores conexiones con tiempos históricos,
Petrie numeró los grupos usados desde el 30 al 80 [Si nos fijamos atentamente, desde el 30 al 80 suman 51 grupos. Más
adelante explicaré la peculiaridad de la S.D. 30, que es la que hace la
quincuagésima primera S.D]. En
el trabajo práctico, la duda sobre la posición de un tipo raramente se extiende
a 10 etapas y que, solamente en el caso de tipos raros pero poco conocidos.
Para tipos ordinarios bien conocidos, un cambio de 3 o 4 etapas es raramente
causado por revisión y a menudo un cambio de una sola etapa claramente
alteraría la disposición para peor. La escala de cincuenta etapas no, por lo
tanto, demasiado detallada. En esos momentos todavía no se sabía nada de los
años cubiertos por esas cincuenta etapas pero, viendo el número de tumbas, en
relación con las de la época histórica, y los cambios de estilo, podemos apenas
suponer si son menos de mil años, muy posiblemente el doble. La presunción de
cambios más lentos y menos tumbas en tiempos más antiguos ―«barbaric» es
la palabra usada por Petrie (1900, 299) ― podría alargar, más que acortar, el
periodo estimado.
Entonces las listas de los rangos o alcance de cada
tipo pueda ser elaborado indicando entre qué límites de Sequence Dates ha sido
encontrado. Esta división en etapas y esta lista de rangos es útil para
propósitos de trabajo en las partes más tempranas de las actuaciones,
especialmente si han de ser tratados muchos cientos de tumbas.
Hasta aquí
las indicaciones que Petrie nos da en su artículo publicado en 1900, pero ahora
hay que ordenar las fichas y para ello habrá de ordenar los elementos cerámicos
que hayan sido encontrados en cada una de las tumbas halladas y que habremos
registrado en sus correspondientes fichas. Tenemos que ordenar los diferentes
tipos cerámicos de más antiguos a más modernos y la forma cómo lo hace nos la
explica Petrie en «Diospolis Parva: The Cemeteries of Abadiyeh and Hu,
1898-1899». No obstante hagamos, antes de entrar a enumerar nuevos
criterios de ordenación temporal de los tipos cerámicos (aunque lógicamente muy
relacionados con los anteriores), un rápido resumen de lo dicho:
Lo primero
fue seleccionar, entre la ingente cantidad de tumbas excavadas, 900 que
contuvieran al menos cinco tipos cerámicos diferentes. Partiendo del primer
"corpus" cerámico, publicado en «Naqada and Ballas» (Petrie,
1896), Petrie confecciona una ficha para cada una de las tumbas seleccionadas,
en esta ficha se dibujan nueve columnas (diez en realidad), una para cada tipo
cerámico definido por el arqueólogo. A partir de ahí, cada objeto cerámico,
numerado con arreglo al «corpus», se escribe en la columna correspondiente a su
tipo en la ficha de la tumba en la que fue hallado. De esta forma tenemos toda
la cerámica hallada en cada una de las tumbas, mostrada en una hilera de
números que podía ser comparada rápidamente con los números de los registros de
cualquier otra tumba. Una vez rellenadas todas las fichas con sus correspondientes
objetos cerámicos, hay que proceder a ordenar esas fichas (recordemos que cada
ficha se corresponde con una tumba con todo su ajuar funerario) dentro de una
secuencia temporal «relativa». Ahora bien ¿cómo establecemos qué tumbas son
anteriores y cuales posteriores? Se necesitan unos principios, unos criterios
que seguir para establecer ese orden, ya hemos visto los primeros criterios
establecidos por Petrie en «Sequence in Prehistoric Remains» (Petrie,
1899/1900) y ahora veremos los que establece, ya sólo para ordenar los
elementos cerámicos en «Diospolis Parva: The Cemeteries of Abadiyeh and Hu,
1898-1899» y que son los siguientes:
Con
carácter preliminar, Petrie observa que una gran parte de los grupos de tumbas
contenían tipos cerámicos diferentes a aquellos que habían sido encontrados con
las series cerámicas Wavy Handled Pottery (W-ware a partir de ahora), se
trataba, sobre todo, del tipo cerámico White Cross Lined Pottery (C-ware a
partir de ahora), por lo tanto este último tipo cerámico debía ser el que más
lejos, cronológicamente hablando, se encontrara del tipo W-ware. En efecto, las
clases C-ware por una parte y las clases Decorated Pottery (D-ware a partir de
ahora) y W-ware por otro, nunca o casi nunca aparecen juntos. Más aun, de acuerdo
con las cerámicas que acompañaban tanto al tipo W-ware como al tipo C-ware, se
apreció que las cerámicas acompañantes estaban en orden inverso en uno y otro
caso. Esta resultó una primera base de gradación por edad, entre la confusa
masa de cientos de tumbas, en un orden más o menos racional.
Tras esta
observación preliminar, Petrie sentó, de forma definitiva, las bases para la
ordenación cronológica relativa del periodo predinástico.
En
primer lugar Petrie apreció que la cerámica de la clase W-ware padecía una
serie de cambios graduales en su forma a lo largo del tiempo [Petrie, WMF, 1901 «Diospolis Parva, the Cemeteries of Abadiyeh
and Hu 1898-1899» p. 5]. Así,
de una forma globular con asas «salientes» y onduladas (como sucede entre las
S.D. 35 a 42) pasaba a una forma vertical, cilíndrica y más estrecha con asas
degradadas que acababan
convirtiéndose en una simple línea ondulada para acabar siendo, cuando las
jarras del tipo W-are se convierten en cilindros verticales, en un mero diseño
dibujado alrededor del cuello de la jarra, una línea ondulada, como si tratase
de imitar una cuerda.
Esto
proporciona a Petrie un primer criterio para subdividir la enorme cantidad de
cerámica en una secuencia cronológica. En efecto, los vasos del tipo W-ware,
cuando aparecen, como ya hemos adelantado, son casi globulares con pronunciadas
asas salientes y onduladas, modelo W1 (Petrie y Quibell, 1896 [Petrie y Quibell «Naqada and Ballas» Londres, 1896.]: lám.
XXXI o Petrie, 1921 [Petrie «Prehistoric Egypt», Londres 1921.]:
lám. XXVIII). Después se van convirtiendo en vasos más estrechos con paredes,
cada vez, más verticales, con las asas degradadas para, en una siguiente fase,
convertirse dichas asas en un mera línea ondulada, escasamente saliente, modelo
W53 (Petrie, 1896: lám. XXXII o Petrie, 1921: lám. XXX). Finalmente los vasos
W-ware se convierten en cilindros verticales y que presentan, en lugar de asas,
unas simples líneas dibujadas en apenas un relieve, con un diseño «arqueado»,
que rodean el vaso por su parte superior imitando una cuerda como el modelo W85
(Petrie, 1896: lám. XXXII y Petrie, 1921: lám. XXX). Este desarrollo podemos
apreciarlo en las láminas correspondientes del «Corpus» de Petrie
(Petrie, 1896: láminas XXXI-XXXII y Petrie, 1921: láminas XXVIII-XXX).
Un cierto
orden temporal puede inferirse también a partir del contenido de las jarras. Al
principio contienen una especie de pomada o ungüento fuertemente aromático,
posteriormente aparece una capa de arcilla sobre ese ungüento, en una siguiente
etapa contienen, sobre todo, arcilla únicamente aromatizada con la pomada, y,
por último, solo aparece arcilla sólida como sucede en las jarras cilíndricas
al final del ciclo de este tipo cerámico. Esta degradación del contenido, hacia
sustitutos de escaso valor, prueba la dirección que sigue el desarrollo de este
tipo cerámico hacia el final de la escala.
Tomando
como base la «degradación» de las jarras W-ware ya tenía Petrie un buen
punto de comienzo para su clasificación, más aun si tenemos en cuenta que, con
alguna excepción, las formas de esta clase se sobreponían en el tiempo con lo
que resultaba más fácil la correcta clasificación. Sin embargo se plantea una
pregunta: ¿cómo podrán ser subdivididos aquellos grupos de recipientes
cerámicos que sólo contuviesen un tipo W-ware? La solución la encuentra Petrie
en otro tipo cerámico que, desde 1896, se venía considerando como posterior al
resto y que tenía lazos de unión con formas cerámicas de la época dinástica. Se
trata de la clase Late Pottery (L-ware a partir de ahora) o Cerámica Tardía. De
esta forma, se pueden clasificar con más exactitud las fichas de Petrie, ya
ordenadas previamente, aunque de forma «grosera», en grandes grupos en
base a la W-ware, situando en primer lugar aquellas que contengan tipos
cerámicos L-ware que aparecen antes y situando después aquellas con tipos más
recientes de la cerámica L-ware.
Teniendo
ordenadas, de forma aproximada en su orden original, todas las fichas que
contienen jarras de la clase W-ware habiendo tomando como base la distribución
de las otras clases de cerámica que aparecen junto a ellas, podemos ver que
toda la cerámica del tipo L-ware cae dentro del rango de la W-ware. Es
factible, por lo tanto, incluir, dentro de estas series de fichas, aquellas que
contengan algún tipo de L-ware aunque no incluyan elemento cerámico alguno del
tipo W-ware. Estas son incorporadas buscando el primero y el último ejemplo de
cada tipo de cerámica que aparece en cada ficha y, entonces, situamos esa ficha
de forma que esté después de los primeros ejemplos y antes de los últimos. Si
esto resultase contradictorio, como el último ejemplo de alguna clase de
cerámica había sido pasado antes que el primer ejemplo de alguna otra clase
fuera alcanzado, entonces, a continuación el orden previamente dispuesto debe
ser alterado o, de lo contrario, se deberá reconocer que la nueva ficha contiene
los ejemplos más tempranos o más tardíos de uno de sus tipos cerámicos. Recordemos
que, tanto en esta como en el todas las etapas posteriores, solamente serán
tenidas en cuenta tumbas con al menos cinco tipos diferentes de cerámica ya que
los casos más pobres no ofrecen suficiente base para el estudio.
Hasta ahora
sólo hemos ordenado el material que cae dentro del rango de series claras de
desarrollo de la cerámica W-ware y ahora se nos plantea un nuevo problema:
¿cómo podemos proyectar nuestras etapas hacía atrás, más allá del rango de las
series de formas ya conectadas? Es decir, en este momento tenemos gran cantidad
de material, cientos de fichas de tumbas, las cuales no entran en el periodo
del tipo cerámico W-ware, por lo tanto se hace necesario clasificar esas fichas
y conectarlas con las fichas en las que comienza el periodo caracterizado por
la presencia de la W-ware. Así pues, primero disponemos las fichas que carecen
del tipo cerámico W-ware ordenadas de acuerdo con la cantidad de tipos B-ware,
P-ware y R-ware encontrados junto al
tipo W-ware. Así tendremos tumbas en las que aparecerán 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6 ó más
ejemplares en común con aquellos del periodo en el que aparece la clase W-ware.
Por otra parte mirando la cerámica C-ware esas clases sucesivas de fichas
contenían por término medio 1/4, 1/16, 1/25, 0 ,0 ,0 y 0 de elementos cerámicos
pertenecientes a la clase C-ware. Por lo tanto inferimos que la clase cerámica
C-ware pertenece a la parte inicial de la serie y que estaría separada por
algún intervalo del periodo caracterizado por la presencia de la cerámica
W-ware.
Después, lo
que se hizo fue confeccionar una lista con todas las formas cerámicas
pertenecientes a las clases B-ware, P-ware y R-ware que hubieran sido
encontradas junto a objetos cerámicos del grupo C-ware, esos deberían ser,
obviamente, las formas más tempranas.
Por lo
tanto, clasificando el periodo anterior al del W-ware, podemos clasificar el
final de la escala de C-ware de acuerdo con la proporción de tipos B-ware,
P-ware y R-ware encontrados con las formas C-ware que ellos contienen. Y el
final del intervalo de las formas W-ware por la proporción de tipos encontrados
también con el periodo W-ware.
Finalmente se
organizó o dispuso el periodo de aparición del tipo C-ware, agrupando los ejemplos o
apariciones de cada ejemplar de C-ware, juntos, tan cerca como pueda ser, y
agrupando tipos similares juntos tan lejos como sea permitido por las otras
clases de cerámica.
El tipo
cerámico D-ware casi no ha recibido atención hasta ahora puesto que las tumbas
que contienen este tipo cerámico han sido en esta etapa ya ordenadas, aunque de
forma grosera, por las estadísticas proporcionadas por los otros tipos de cerámica
encontrados junto a ella, pero ahora podemos usarla como un medio para elaborar
una mejor clasificación. Se trata de un valioso material para este propósito ya
que es más probable que varíe el detalle de la decoración que la mera forma del
recipiente que, por fuerza, hemos de juzgar en otras clases. Cada tipo de
D-ware fue, por lo tanto, examinado, y sus apariciones concentradas juntas,
tanto como fue posible sin alborotar las series de la clase W-ware o dispersar
el ámbito de otras clases de cerámica.
Ahora
tenemos las 700 [700 (y no las 900 usadas para elaborar el sistema de datación) es la
cantidad de tarjetas que Petrie cita, textualmente, en la página 6 de su obra «Diospolis Parva. The Cemeteries of Abadiyeh
and Hu. 1898-1899»] fichas, correspondientes a las tumbas seleccionadas, en su orden original
mediante los criterios de ordenación citados anteriormente. Ahora se hará una
primera división en cincuenta etapas iguales, numeradas del 30 al 80 [Como ya he citado anteriormente, de 30 a 80 son 51 las etapas y no 50,
pero veremos a qué se debe esa circunstancia] y
Petrie las denominó «Sequence Dates» (abreviada esta denominación como
S.D., que es como las denominaré a partir de ahora) y entonces se confeccionó
una lista de los tipos cerámicos exponiendo la «Sequence Date» de cada uno de los ejemplos de
los que aparecen en esas tumbas.
Hasta sólo
habían sido tenidas en cuenta las tumbas que contenían cerámica con
características bien definidas, como las clases C-ware, W-ware, L-ware, etc. A
continuación, en base a la lista hecha en el último paso que hemos citado en el
párrafo anterior, incorporaremos todas las otras tumbas que contengan la
suficiente cerámica como para definir su posición. En la medida en las nuevas
incorporaciones que puedan modificar la posición de las S.D. de los tipos, tal
y como han sido ordenados, lógicamente la lista deberá ser enmendada.
Tomando las
nuevas formas, encontramos que hay, por término medio en cada ficha, los
siguientes tipos:
En el «Periodo C-ware»: B-ware: 1.3; P-ware: .59; F-ware: .07;
D-ware: .07; R-ware: .14.
En el «Periodo "post C-ware"»: B-ware: .26; P-ware:
.19; F-ware: .05; D-ware: .03; R-ware: .28.
De ahí que
muchas fichas «post C-ware» deberían ir en el periodo C-ware ya que los
nuevos tipos han sido ya, en gran parte, anticipados en el periodo C-ware.
Hay algunas
otras consideraciones, quizás demasiado complejas y detalladas para ser
expuestas completamente aquí, como el número de recipientes cerámicos de nuevos
tipos o el punto inicial de la cerámica R-ware entre otras.
Finalmente
en lugar de 44 tumbas del periodo C-ware y 148 del periodo «post C-ware»,
47 fueron transferidas al periodo C-ware, dejando 91 en el periodo C-ware y 104
en el periodo «post C-ware», algunos de estos fueron, sin embargo,
echados hacia atrás al estudiar el rango de cada tipo. Los motivos del
ordenamiento han llegado, por lo tanto, a un equilibrio y es improbable que
exista un error serio de secuencia.
El
ordenamiento anterior es confirmado si ignoramos la cerámica del tipo C-ware
por completo y datamos todas sus fichas solamente usando los otros tipos
cerámicos que ellos contienen.
Después de
esta re-ordenación de todo el periodo anterior al W-ware, las «Sequence Dates»
de los tipos de cerámica fueron todos re-tabulados.
Habiendo
agotado ya los métodos estadísticos de ordenamiento y habiendo obtenido todo lo
que se podía de ellos, se regresó al tratamiento por la extensión del rango de
cada tipo de cerámica. Como ya se ha mencionado antes, el rango más corto de
cualquier tipo es probablemente el más cercano a la verdad. De ahí que miremos
la lista de S.D. de cada tipo en la lista de tipos y, dondequiera que el primer
o el último ejemplo estén lejos del resto, las fichas que los contengan son
examinadas para ver si pueden ser llevadas más cerca de las otras fichas.
Podemos imaginar gráficamente esta clasificación como si cada tipo estuviera
representado por un hilo elástico, unido a todas las fichas que contuviesen ese
tipo y, entonces, la posición resultante de todas las fichas bajo la tensión de
todos los hilos sería la probablemente correcta. La debilidad de cada hilo
estará en proporción a la extensión real de la difusión de cada tipo. Cada ejemplo
de amplia dispersión es también examinado, y concentrado, tanto como sea
posible, sin dispersar otro tipo. Así la posición de muchas fichas ha de tener un
compromiso entre poner un tipo temprano o tomar otro posterior y la
probabilidad de que un tipo sea extendido es juzgada por el rango de los otros tipos
más semejantes. A menudo varios tipos están juntos y deben ser todos transferidos
si uno de ellos es movido, y entonces los rangos de veinte o treinta tipos han
de ser revisados de nuevo. La mayoría de estos cambios son, sin embargo,
pequeños, no extendiéndose más allá de una o dos etapas del completo rango de
cincuenta.
El material,
así ordenado en sus ideas generales mediante varios criterios, es sujeto en
este momento a una revisión artística y subjetiva, como la credibilidad del
estilo, desarrollo y similitud de formas en diferentes clases de cerámica.
Cualesquiera posibles alteraciones, que no violen las probabilidades
estadísticas, son efectuadas en ese momento. Pero este es solamente una forma
de terminar el asunto digamos que de forma provisional sin que se admitan o
afecten hechos más sólidos.
La serie
completa de 900 fichas es, entonces, re-dividida en 50 grupos iguales y la
lista de las S.D. de cada tipo es rehecha en consecuencia. Se forma entonces
una lista de todas las tumbas que han sido incluidas en fichas (y de todas las
otras que todavía no han sido examinadas) con la S.D. correspondientes a cada
tumba de acuerdo con el registro o extensión de sus tipos cerámicos. La lista
servirá para la consiguiente datación de todos los demás objetos encontrados en
las tumbas.
Al final
del periodo la cuestión de si las jarras cerámicas cilíndricas proceden todas
de los vasos «Wavy-Handled» o si fueron copias de los primeros vasos de piedra,
es testada también estadísticamente por el número de tipos de otra cerámica.
Pero los resultados muestran que ellos deben estar conectados con las jarras
cerámicas «Wavy-Handled».
El tipo de
tumbas poco profundas y rudamente elaboradas, que solo contienen recipientes
del tipo cerámico Black-Topped, fue clasificado en la S.D. número 30 ya que
ellas eran claramente anteriores a la cerámica C-ware, la cual comienza en la S.D.
31.
Debería ser
observado que estos varios pasos de clasificación no pueden ser dados en un
orden diferente sino que, cada uno de ellos, tiene su propio lugar en relación
con otros pasos.
Ver las tablas que estamos citando en el siguiente enlace: Tablas que relacionan los tipos cerámicos con las sequence dates que les corresponden.
En las tablas que aparecen en el enlace, se relacionan algunos tipos cerámicos, dentro de cada una de
sus clases, con las S.D. a las que pertenecen en la secuencia temporal. Ya
aparecen tanto las formas cerámicas que Petrie expuso en sus obras de 1896 y de
1901 (Petrie y Quibell, 1896; Petrie, 1901) como las formas cerámicas que
posteriormente añadió Petrie a su «Corpus» y que publico en 1921 (Petrie,
1921).
Ahora
daremos algunos ejemplos prácticos del uso de esas tablas. Para ello tomaremos
grupos de objetos hallados en tumbas de Abidos, se verá como las S.D. de una
tumba dada son rápidamente delimitadas a partir de las S.D. de las varias
clases de cerámica encontradas en ella. Así, por ejemplo, una tumba que
contuviera las siguientes cerámicas:
Clase
B-ware, forma 22b, que aparecería entre las S.D. 30-37.
Clase
B-ware, forma 25f, que aparecería entre las S.D. 30-50.
Clase
P-ware, forma 11a, que aparecería entre las S.D. 31-63.
Clase
P-ware, forma 11b, que aparecería entre las S.D. 35-71.
Por los
rangos señalados no puede ser anterior a la S.D. 35 (la P11b no aparece hasta
esa S.D.) y tampoco puede ser posterior a la S.D. 37 (la B22b ya no aparece
después de la S.D. 37). Así pues, la tumba y todos los objetos que contenga
pertenecerán al periodo delimitado por las S.D. 35 y 37, ni anterior, ni
posterior.
Otro
ejemplo, otra tumba que contenga los siguientes elementos cerámicos:
Clase
B-ware, forma 22f, que estaría entre las S.D. 30-36.
Clase
P-ware, forma 1a, que estaría entre las S.D. 32-68.
Clase
P-ware, forma 17, que estaría entre las S.D. 30-42.
Clase
P-ware, forma 68b, que estaría entre las S.D. 31-34.
Por las
mismas consideraciones que hemos tenido en cuenta antes, la tumba no podrá ser
anterior a la S.D. 32 (la forma 1a de la clase P-ware no aparece antes de ese
momento) y tampoco podrá ser posterior a la S.D. 34 ya que la forma 68b de la
clase P-ware no aparece después de ese momento. Por lo tanto, la tumba y todos
los objetos que contenga, estarán dentro del rango temporal marcado por las
S.D. 32 y 34.
Como hemos
visto, una vez dispuestas las 900 tumbas en su orden más probable, fueron
divididas en 51 secciones iguales numeradas del 30 al 80 (siempre se dice que
son 50, pero realmente, como ya he explicado anteriormente, del 30 al 80 son 51
las etapas que tenemos, poco más adelante explicaré el porqué de la existencia
de esa primera S.D., la 30, y que constituye la división número 51). Estos
números se denominan Sequence Dates (abreviadas como S.D.). La S.D. 79 se
correspondería al comienzo de la Primera Dinastía y los números anteriores a la
S.D. 30 (de la número 1 a la 29) se dejaron para posibles descubrimientos
futuros de materiales más tempranos. Cada S.D. contenía 18 tumbas. La
numeración no implicaba iguales intervalos de tiempo, sólo significan iguales
números de enterramientos en cementerios de Nagada o Diospolis Parva. Sucede
afortunadamente que el cementerio de Nagada cubre cada periodo del
predinástico, no hay lagunas en las series y tampoco existe ningún
enterramiento que pueda ser situado más temprano. Lo más probable es que
hubiese una considerable variación en el número de enterramientos en cada
periodo y que hayan sido más numerosos cuanto más se incrementase la población
y la riqueza, de ahí que las primeras Sequence Dates cubran, posiblemente, más
años que las últimas.

El número 30, esa S.D. que resulta ser la
número 51 y que, en teoría, debería sobrar, fue asignado a 16 toscas tumbas,
poco profundas, con solamente recipientes
«Black-Topped», ya que eran claramente anteriores a la cerámica
C-ware que comenzaba en la S.D. 31 (Petrie, 1901: 8 y 34) Estas tumbas estaban
localizadas en una pequeña colina cerca de Abadiyeh en el límite con el
desierto. Cada una de estas dieciséis tumbas contenía solamente un sencillo
recipiente del tipo cerámico Black-Topped, los cuales, dados sus motivos o
argumentos estilísticos, parecen ser la cerámica más temprana que Petrie había
visto (Friedman, RF, 1994:41). Es decir que realmente las Sequence Dates de
Petrie son 51, pero una de ellas, la número 30, está reservada para los objetos
hallados en esas dieciséis tumbas cerca de Abadiyeh.
Años más
tarde, como ya hemos dicho, las 50 S.D. son divididas en tres grupos
considerados como arqueológica, cultural y cronológicamente diferentes a las
que Petrie (Petrie, 1939) denomina:
Amratiense
(Petrie, 1939: 15), por El-Amra, cementerio al sur de Abidos, y que va desde la
S.D. 30 (ó 31) a la 37. Petrie lo divide, a su vez, en dos partes una temprana,
S.D. 30 a 34, y una tardía, S.D. 35 a 37. Corresponde al máximo desarrollo de
los tipos cerámicos B-ware y de los vasos con motivos decorativos pintados en
blanco con cuerpo rojo, C-ware.
Gerzeense
(Petrie, 1939), así denominado por el cementerio de Gerza, cerca de Tarkhan, en
el norte del Valle del Nilo y que va desde la S.D. 38 a la 60 ―o desde la 39 a
la 60 según el momento en el que lo defina Petrie―. Se caracteriza por la
aparición de la cerámica W-ware, por la R-ware y por la cerámica del tipo
D-ware.
Semainiense,
por Semaina, yacimiento al sur de Abidos. Va de la S.D. 60 a la 75 (Petrie,
1939: 55), de la 61 a la 79/80 o de la 63 a la 78 (Petrie, 1939: 65) ―según el
momento en el que Petrie defina el periodo―. Se caracteriza por la aparición
del tipo cerámico L-ware, llamado así por cuanto sus formas sugieren ya la
cerámica del periodo Dinástico.
Los dos
primeros términos, Amratiense y Gerzeense ganaron aceptación general en
aquellos momentos, aunque lo han perdido más recientemente, como veremos más
adelante, en favor de los términos Nagada I y Nagada II, que enfatizan mejor la
continuidad cultural del periodo predinástico. El Semainiense, en cambio, no
fue nunca adoptado para el uso general, la precisa demarcación del Semainiense
es, en primer lugar, confusa, el propio Petrie, en 1939, da al periodo las S.D.
60 a 75 y diez páginas más tarde es equiparado con los S.D. 63 a 78. Needler
afirma que el Semainiense de Petrie comprende las S.D. 54 a 79 (Needler, 1984).
Ha sido esta tercera fase, la que representa la crucial transición del periodo
predinástico al dinástico, la que ha padecido las mayores críticas y la que ha
sido objeto del debate más intenso. Por ejemplo autores como Mortensen
(Mortensen, 1991: fig. 1) o Tutundzic (Tutundzic, 1992) no aceptan, de forma
general la terminología existente para el final del Egipto Predinástico y
comienzos del periodo histórico. Por ejemplo se han utilizado términos como
Semainiense (Petrie, 1920:46-50), Protodinástico (Scharff, 1931; Kantor, 1965;
Baumgartel 1970), Nagada III (Kaiser, 1957; Kaiser 1990) o Terminal Predynastic
(Hassan, 1988).
Las
Sequence Dates continuaron en un segundo «Corpus» tipológico desarrollado
por Petrie para la cerámica del periodo Protodinástico y que está basado, casi
exclusivamente, en los materiales de los cementerios de Tarkhan (Petrie,
Wainwright y Gardiner, 1913; Petrie, 1914). En esta ocasión no distingue clases
cerámicas sino que se limita a señalar 885 tipos cerámicos. Como buen número de
estos tipos están representados entre los más recientes del Corpus
Predinástico, es decir que el Corpus Protodinástico se sobrepone parcialmente
con los tipos más recientes de aquel corpus predinástico, las S.D. del
Protodinástico comenzaban en la 76 y continuaban hasta la 86, que debía marcar
el inicio de la Tercera Dinastía. Las S.D. 83 a 86, correspondientes a la
Segunda Dinastía sólo existen en teoría dada la ausencia de tumbas claramente
atribuibles a esta época en Tarkhan. Las Sequence Dates del Corpus Predinástico
y Protodinástico no fueron definidas del mismo modo, por lo que su valor
cronológico no puede ser comparado.
Aunque el
desarrollo del sistema de Sequence Dates de Petrie supone un importante logro
en el estudio del Predinástico Egipcio, la existencia de una serie de atajos
metodológicos, e incluso de posibles errores, hacen que el sistema de Petrie
deba ser revisado. Así lo apuntan, desde principios del siglo XX en adelante,
una serie de autores entre los que cabe citar a:
Legge, GF.
1913; Naville, E. 1914; Scharff, A. 1926: 71-74; Kantor, H.J. 1944; Baumgartel,
EJ. 1955: 2; Baumgartel, EJ. 1970: 4-5; o Kaiser, W. 1956. A los que tenemos
que añadir a Stan Hendrickx (1996: 37-38) el cual nos ofrece una relación de
esos fallos existentes en el sistema de Petrie y que son los siguientes:
1º) Es
evidente que Petrie no hace una clara distinción entre tipología y cronología.
2º) Petrie
se basa en la evolución de la clase Wavy Handled pero sin las suficientes
evidencias para las fases más tempranas de su evolución (Kaiser, 1956: 93-95).
3º)
Los criterios usados para la definición de las clases cerámicas (Petrie, 1921)
son heterogéneos: Materiales (fabric) como la R-ware. Método de cocción y/o
acabado, como la B-ware o la P-ware. Decoración, como la C-ware o la
D-ware. La forma, como la F-ware.
Detalles morfológicos, como la W-ware. O su cronología relativa, como sucede
con la L-ware. Esta última clase produce un problema especial como consecuencia
de la falta de consistencia de su "fabric" o de los materiales
cerámicos. Más aun, la definición de los tipos individuales dentro de esas
clases no se rige por reglas estrictas (Petrie, 1921: 5). Los tipos no están
distinguidos de la misma forma para cada una de las clases cerámicas. Todos
esos factores causan problemas para cualquier tipo de seriación, incluyendo la desarrollada
por Petrie. Por lo tanto, cuando se utiliza este clase de corpus tipológico
para clasificar objetos en los registros de tumbas de excavaciones que no
hubieran sido llevadas a cabo por el propio Petrie, sólo puede esperarse que
aparezcan errores.
4º) El
sistema fue desarrollado utilizando solamente novecientas tumbas que contenían
cinco o más tipos cerámicos. Como ahora es obvio que el promedio de objetos en
una tumba se incrementa en las tumbas más ricas con el paso del tiempo
(Seidlmayer, 1988), está generalmente aceptado que esto causa que los periodos
más tempranos estén infra-representados por Petrie (Petrie, 1920: 4; Kaiser,
1956: 92) aunque la fase final del Predinástico no parece estar
"sobre-representada". Es una posible consecuencia del papel
dominante, en el aspecto numérico, del "Main Cemetery" o Cementerio
Principal de Nagada, de hecho el número de tumbas pertenecientes al periodo Nagada
III es restringido (Payne, 1992).
5º) Petrie
no da importancia real a todas sus fases ya que basa su corpus en el Cementerio
T de Nagada y, como Payne ha señalado (Payne, 1992), el periodo principal en el
uso de este cementerio es Naqada II.
6º) Las Sequence
Dates del Corpus Predinástico y del Corpus del Dinástico Temprano, no fueron
definidos del mismo modo, por lo tanto esto implica que sus eventuales valores
cronológicos no pueden ser comparados. Las Sequence Dates del Protodinástico
fueron definidas mediante diferencias tipológicas a las que, a priori, les fue
aceptado valor cronológico.
7º) Petrie
consideró los cementerios de los diferentes yacimientos como una única entidad,
aceptando la uniformidad cultural de la cultura predinástica, de todo Egipto,
no dejando lugar a posibles variaciones locales, hecho característico de los
tiempos en los que Petrie estaba trabajando en los que se prestaba más atención
a la difusión cultural que al crecimiento y evolución local.
8º) La
definición de las Sequence Dates originales fue hecha de manera que minimizó la
dispersión cronológica de cada tipo de cerámica.
9º) Sin
embargo la omisión más sorprendente de la forma de trabajar de Petrie, está en
el hecho de que él nunca tuvo en consideración la distribución horizontal de
las tumbas. Ello a pesar del hecho de que él informa que ninguno de los
cementerios de Diospolis Parva cubre el rango completo de las Sequence Dates,
pero que, por el contrario, se pueden distinguir cementerios
"tempranos" y "posteriores" (Petrie y Mace, 1901: 31-32)Más
extraño todavía resulta que Petrie no hiciera mención de la distribución
espacial dentro de los cementerios de Nagada, Ballas o Diospolis Parva, aunque
es difícilmente imaginable que él no hubiera tenido noticia alguna de esta
circunstancia. Posteriormente algunos asistentes de Petrie notifican varias
veces la existencia de diferencias espaciales, de grupos de tumbas relacionados
cronológicamente y, por lo tanto, en la distribución espacial de objetos, por
ejemplo Randall, McIver y Mace en 1902, Ayrton y Loat en 1911, Peet en 1914 o
Brunton y Caton-Thompson en 1928, pero no se hicieron intentos de usar esas
observaciones para propósitos cronológicos.
10º) El
hecho de que cada una de las Sequence Dates se basara originalmente en un
número igual de tumbas, no implica necesariamente que cada Sequence Date
represente un periodo similar de tiempo.
Todos estos
factores causan serios inconvenientes para cada tipo de seriación llevada a
cabo y, sobre todo, cuando se utiliza en excavaciones no llevadas a cabo por el
propio Petrie, es de esperar que aparezcan los problemas.
Críticas de F. Legge en su artículo
"New Light on Sequence Dating", publicado en 1913:
Legge, tras
una introducción, en absoluto breve, en la que habla de las teorías
arqueológicas y el escepticismo con el que hay que acoger alguna de ellas
(citando incluso las críticas de Naville a las teorías de Petrie y que más
tarde expondré), como digo, tras esa introducción de la que el propio Legge se
disculpa a causa de su longitud y de su "egotismo", pasa a centrarse
en exponer lo que él piensa de las Sequence Dates de Petrie. En primer lugar,
creo yo que con cierto sarcasmo, Legge mantiene que el más grande de los
servicios prestado por Petrie a la egiptología es el haber rescatado de las
manos de los árabes, la serie de objetos que Petrie sacó de Egipto y los
cuales, según Legge, en ausencia de inscripciones históricas, forman nuestro
único material para proponer el orden de estos eventos históricos como el
ascenso de reyes y las relación de unos con otros.
A
continuación Legge nos recuerda que Petrie mantuvo durante bastante tiempo su
equivocación, al pensar que las tumbas encontradas en el cementerio pertenecían
a esa Nueva Raza de la que hemos hablado con anterioridad, cuando en realidad
pertenecían a los aborígenes del país. De la misma forma, Legge hace referencia
a cuando Petrie afirma haber identificado toda la 1ª Dinastía de Maneto con los
"nombres-halcón" encontrados en Abidos, cosa con la que no está de acuerdo
Legge ya que Petrie parte de que Aha es Menes mientras que, para Legge la
identificación de Petrie es errónea y lo admite transfiriendo, en sus últimas
publicaciones el nombre Menes con el rey llamado Narmer. Legge, en el siguiente
apartado llamado "Description of a Pattern" describe la forma como
Petrie describe los principios generales y las ventajas del sistema de las
Sequence Dates, destacando, al final del apartado, que las cincuenta Sequence
dates fueron divididas en siete series que muestra en la lámina que está en el
apéndice del artículo escrito por Petrie en el J.A.I. (Journal of the
Anthropological Institute) y que es prácticamente idéntica a la lámina II,
mostrada en Diospolis Parva, con la diferencia de que en esta última lámina se
han omitido las pequeñas líneas verticales que ligaban una línea de potes con
otras en ciertos casos.
Por fin
Legge se lanza a describir la "debilidades" del sistema de Petrie:
La primera
crítica de Legge es sobre esos "principios generales" del esquema en
que se basa Petrie para establecer su sistema de datación relativa y es que
Legge afirma (y yo estoy en parte de acuerdo con él) que, mientras Petrie trata
de mostrarnos su método, lo que hace en realidad es dejarnos en la oscuridad
más absoluta respecto a las evidencias sobre las que está construida su escala.
Legge afirma que no puede encontrar nada en esos "principios
generales" que expliquen por qué Petrie piensa en su primera división
antes que la séptima. "Puede ser mi propia estupidez" dice Legge
(Legge, 1913) pero lo que dice Petrie acerca del número de tumbas que forman
una base racional para establecer unas fechas, una datación, a Legge le parece
que no tiene significado alguno en esta conexión.
En segundo
lugar, de las observaciones de Petrie en "Diospolis Parva" (Petrie,
1901) parecería como si él hubiera hecho su escala en base a la que él llama la
degradación de las jarras "Wavy Handled", o de Asas Onduladas, cuyos
dibujos pueden encontrarse a la izquierda de las cinco últimas divisiones
(Petrie, 1899, Figura 1, que puede verse en este mismo trabajo un poco más
arriba), orden de los dibujos que, entre otros motivos, surgen por el contenido
de las jarras de Asas Onduladas, de grasas fuertemente olorosas al principio a
solamente arcilla. Sin embargo, no nos proporciona los motivos para poner en
esta primera división, más que en cualquier otra la cerámica Roja con Borde
Negro, la cual constituye la "piedra angular" de sus sistema,
cualesquiera que sean sus razones, la figura 1 publicada en el J.A.I. (Petrie,
1899) ya citada habla por sí misma, ahí tenemos cinco recipientes Black-Topped
Red, de diferentes formas que aparecen en el primer nivel, al que le
corresponde la SD 30. En el siguiente nivel, correspondiente a las SD 31 a 34
aparecen tres recipientes similares. En la tercera división tenemos tres
recipientes más, en las Sequence dates 35 a 42. Y en la cuarta división
solamente aparecen dos potes black-topped red, en el nivel correspondiente a
las SD 43 a 50, después de este nivel desaparecen de la escala por completo. Y
considerando que Petrie tiene este tipo cerámico como el más antiguo debería
desaparecer después de la SD 50. Sin embargo la sorpresa surge cuando Petrie
nos confirma en Abydos Part I (Petrie, 1902: 6) que: " The survival of
black-topped pottery, A, 9, 10, under Zer is unexpected, as few forms last
beyond 60, an scarcely any after 70, sequence date". (La supervivencia de la cerámica
Black-topped, A, 9, 10, bajo Zer es inesperada, así como pocas formas
permanecen después de la S.D. 60, y apenas ninguna después de la 70 , Sequence
date) aunque Petrie afirma que esas formas "posteriores" son de forma
muy diferente a las formas prehistóricas, cuestión en la que Legge tampoco está
de acuerdo con Petrie.
Hay poca
duda de que la escala de Sequence Dates de Petrie depende, por así decirlo, de
la Black-Topped Red Pottery, cerámica que él considera que habría desaparecido
enteramente en la S.D. 70. Esto está confirmado por Mace (Randall-McIver y
Mace, 1902: 68) el cual dice que ese tipo cerámico se agota aproximadamente en
la SD 60 ya que en Hu no encuentra ni un solo ejemplo.
Críticas de Edouard Naville (Naville,
1914):
Dice
Naville que, desde el principio, ´le llegó a unas conclusiones muy diferentes
de aquellas que constituyen la base del sistema de datación de monumentos
funerarios de Petrie ("historical sequence" o secuencia
histórica), especialmente en lo
referente a la cerámica (Naville, 1914: vi).
Insiste
Naville en que no quiere discutir el sistema expuesto "con considerable
perspicacia" por Petrie y que tan solo pretende exponer su propio punto de
vista. De entrada dice Naville que no piensa que las estrictas reglas que han
sido establecidas para la cerámica, y las cuales se supone que han de vincular
a todo el conjunto de el país, están en conformidad con la antropología y con
lo que "nosotros" -dice Naville- aprendemos de las industrias y
costumbres actuales. Afirma Naville que no conoce ningún país, especialmente de
la extensión de Egipto, donde las modificaciones de un arte plástico, como la
cerámica, pudieran haber actuado como acelerador regulado por la cronología y
concurrente con eventos políticos como los cambios de dinastía.
Naville no
cree que la única clasificación verdadera para la cerámica sea la cronológica,
sino que ha de ser geográfica o mejor aún, local. Cada región ha de ser
estudiada aparte y lo que tuviera lugar en un cierto punto del país podría
haber sido completamente ignorado en una localidad distante, la cual ha podido
preservar sus propias tradiciones. No podemos pretender reconstruir la historia
con fragmentos cerámicas solamente, e incluso para datar monumentos, como
tumbas por ejemplo, donde la cerámica es un elemento muy importante pero no es
suficiente. Las inferencias derivadas de ella (de la cerámica) han de ser
soportados por otros objetos como los elementos generales que son
característicos de un monumento.
En un
artículo escrito por Naville en "L'Anthropologie" "Primitive
Pottery in Egypt" (lamento no poder más datos por el momento acerca de
este artículo). En él, Naville dice que recorriendo diversos lugares como el
"Suk" -zoco o bazar- mercado semanal de El Arabat, él encontró
cerámica hecha a mano de diferentes formas, de las cuales él dijo que eran el
trabajo de mujeres. Después visita la vecina villa de Beni Mansur y vio potes
cerámicos hechos con un sistema diferente de aquellos de Girgeh, lugar que no
estaba muy lejos.
Naville
infiere de este y de otros hechos, que la forma e incluso el material del que
están hechos los recipientes cerámicos egipcios, ahora igual que siempre,
cambia, no sólo con el tiempo sino con la localidad de que se trate. Sería por
lo tanto completamente posible tener vasos black-topped red pottery donde
hubiera demanda de esos objetos, hechos en otras localidades y cilindros con su
diseño de cuerda, por tomar el otro extremo de la escala de Petrie, en la
siguiente. Más aun, en las tumbas, la cerámica local, hecha por mujeres, podría
ser casi ciertamente mezclada con los tipos cerámicos más elaborados y más
altamente decorados, no siempre y necesariamente hechos a torno, pero diseñada
por hombres. Cualquier intento de formar una escala regular debe ser, por lo
tanto, condenado al fracaso según Naville.
La única
clasificación verdadera de la cerámica egipcia, concluye Naville, es la
clasificación por localidades.
Revisiones de Alexander Scharff
(Scharff, 1926)
Sin ser
mucho lo que puedo decir sobre las críticas que Alexander Scharff hizo sobre el
sistema de Sequence Dates de Petrie, al menos no mucho más de lo que dice el
Doctor Stephen H. Savage en su trabajo "Developing an AMS Radiocarbon
Based Chronology for the Predynastic Egyptian Cemetery, N7000, at
Naga-ed-Dêr". Aunque más que críticas lo que se dice es que pronto hubo
otros expertos que avisaron de los problemas existentes con los
"atajos" tomados por Petrie. Entre ellos estaba Scharff (Scharff,
1926) quien informa de que las grandes jarras globulares Wavy Handled, o de
asas onduladas (Formas de Petrie W1) aparecían a la vez con una de las formas
supuestamente más degeneradas (forma de Petrie número 24) en Abusir El Meleq,
en el Bajo Egipto. Las formas globulares fueron encontradas en numerosos otros
contextos, mucho posteriores a aquellos asignados por Petrie. Como Friedman
señala "sin embargo debido a la distancia geográfica entre Abusir El Meleq
en el Bajo Egipto y la cultura Nagada del Alto Egipto, Scharff no estuvo
dispuesto a desestimar por completo el sistema de S.D., sino que simplemente
expuso que el sistema de Petrie no trabajaría bien en los cementerios del
Norte" (Friedman, 1981:2).
Para
Scharff, según Kantor (Kantor, 1944) la ruptura supuestamente existente entre
el Gerzeense y el Semainiense no es suficiente como para justificar la
consideración de este último como un periodo "hecho y derecho".
Scharff hable de un completo rango que abarcase las S.D, 39 a 80 como la
Segundo Cultura Nagada aunque continua citando la parte posterior de este periodo
predinástico, las S.D. 63 a 80, como "Late Predynastic" (por ejemplo
en 1931: "Die Altertümer der Vor- und Frühzeit Ägypten"; o en 1927:
"Grundzüge der Ägyptischen Vorgeschichte" Morgenland 12. En 1940:
"Historische Zeitschrift, CLXI", él usa aquí el término "Late
Naqada II".
Revisiones de Helene Kantor (Kantor,
1944):
Helene
Kantor destaca, en primer lugar, la importancia que la etapa de transición
(objeto de sus críticas como consecuencia del tratamiento que le da Petrie e
esta etapa) que separa la Primera Dinastía de la larga secuencia de periodos
prehistóricos tiene, precisamente, para el desarrollo de esa historia posterior
de Egipto y cuyo origen se encuentra en esta etapa intermedia. Durante esa
etapa se establecieron las bases, el trabajo preparatorio para la unificación
dinástica del país y se pueden apreciar los primeros grandes éxitos en cuanto
al desarrollo de la escritura jeroglífica y al comienzo del arte monumental,
tan característico de épocas posteriores.
Semejante
fase transicional se mezcla tanto con los periodos que la preceden como con los
que la anteceden y se convierte, por su naturaleza, en difícil de aislar y de
distinguir. De hecho la propia indefinición que rodea esta etapa temporal de
desarrollo egipcio se refleja en la variedad terminológica que se aplica al
periodo en cuestión, algunas de cuyas denominaciones ya hemos reflejado un poco
más arriba. Petrie la distingue del Gerzeense denominándola "the Third
Predynastic" (el Tercer Predinástico) o Semainiense, asignándole un rango
de S.D. del 60/63 al 76. Aunque el propio Petrie tampoco parece que lo tenga
excesivamente claro ya que en "The Making of Egypt" (Petrie, 1939),
afirma en la página 55 que el Semainiense abarca las S.D. de la 60 a la 75 para
decir, diez páginas más tarde, en la 65 exactamente, que dicha etapa va de la
S.D. 63 a la 78.
Aparte de
"Late Predynastic" (Predinástico Tardío), este periodo es citado como
el final del predinástico o incluso combinado con las dinastías tempranas,
habiendo quien usa un término tan evasivo como "Frühzeit" (tiempos
tempranos). La vaguedad reflejada en la variedad de terminología aplicada al
periodo Semainiense es consecuencia de la fragilidad de esta fase, simple
transición que no posee unas características distintivas marcadas como sí las
tienen los periodos precedentes, es más, así lo afirma el propio Petrie
(Petrie, 1939: 55): "This period (SD 60-75) has no generally distinctive
culture". La propia transición se revela principalmente en los diseños de
unos pocos objetos sorprendentes como pueden ser el mango del cuchillo de Gebel
el-'Arak, las series de paletas cosméticas grabadas o el mural pintado de la
tumba 100 de Hieracómpolis. Es en el conjunto de estos elementos en el que
puede ser detectada la aparición y desarrollo de la nueva tendencia monumental
que conduciría a la época histórica y, lógicamente, las fechas que les son
asignadas a estos objetos deben, al mismo tiempo, coincidir con las fechas del tenue
periodo transicional.
Desafortunadamente
los objetos en cuestión suelen proceder o bien de los mercados (no siempre
suficientemente claros) de antigüedades o de excavaciones que no han sido bien
documentadas. Consecuentemente, todos estos objetos han sido datados con
criterios tipológicos. Las Sequence Dates específicas que les han sido
asignadas, caen generalmente dentro del rango temporal del Semainiense, es decir,
son simplemente asignados al vago término "Late Predynastic Periodo",
que precede al inicio de la Primera Dinastía.
El
propósito de Helene Kantor (Kantor, 1944) no es otro sino revisar los criterios
existentes para las fechas de algunos de esos importantes objetos y enfatizar,
de nuevo, el hecho de que ellos están relacionados próximamente los unos con
los otros. La idea es desprendernos de la tendencia existente de situar
automáticamente en el Semainiense (o Late Predynastic) algunos objetos que
muestran signos de desarrollo que culminarían en tiempos históricos. Si el
intento para especificar el entorno dentro del cual surgirán estos objetos, es
exitoso, Kantor aportará una considerable cantidad de luz en la naturaleza y
posición cronológica de la transición Predinástico-Historia. Para poder llevar
a cabo esa misión, Kantor examinará en detalle una serie de objetos y
documentos datados en la fase final de la cultura predinástica, incluyendo:
― El Mural
pintado de la Tumba 100 de Hieracómpolis, así como los objetos hallados en esa
tumba: Después de una extensa descripción de la pintura, de las características
de la propia tumba 100 y de los objetos en ella encontrados (Kantor, 1944: 111
y ss.) llega a la conclusión de que la mayoría de los ejemplos se encuentran
dentro de un rango en la parte final del Gerzeense, S.D. 46-60. Este rango
delimita el periodo del mural pintado. Existe la posibilidad de que un pequeño
grupo de de un tipo de jarra pintado toscamente pudiera ser posterior que la
mayoría de los vasos o que el mural pintado. Ya hemos visto que los objetos
distintivos encontrados en el agujero, con la excepción de una jarra de caliza,
están dentro de un rango correspondiente al Gerzeense Tardío. De acuerdo con
eso podemos considerar como establecido que la pintura pertenece al Gerzeense
tardío y representa el "florecimiento" de las técnicas de decoración.
― Mangos de
Cuchillos decorados con seres humanos: Siendo el más conocido y más
representativo de esta clase el Mango de Cuchillo de Gebel el-'Arak. Kantor
analiza detenidamente estos mangos decorados y las láminas que constituyen los
cuchillos propiamente dicho (Kantor, 1944:11 9 y ss.). Un segundo cuchillo, de
procedencia desconocida, dado al Metropolitana Museo of Art en 1926 por Howard
Carter, sugiere que una vez existieron numerosos mangos grabados con variadas
representaciones. La conclusión final de Kantor es que estos objetos pertenecen
más a una fase final del Gerzeense que a la etapa ideada por Petrie, el
Semainiense.
― Tallas o
esculturas con animales: Filas de animales, ordenadas de acuerdo a un diseño
definido aparecen en los mangos de cuchillos de marfil conocidos como Brooklyn,
Pitt-Riveras y Carcavón y en el peine conocido como Teodora Davis (Kantor,
1944: 127 y ss.). Desafortunadamente sólo el mango Brooklyn tiene una
procedencia conocida, en 1908 Henry de Morgan excavó, a mitad de camino entre Efe
y Gebel Salsilla cierto número de tumbas entre las cuales estaba la número 32
con n cadáver en posición contraída, cerca de sus manos había tres cuchillos,
el más pequeño de los cuales estaba equipado con el famoso mango. La cerámica
de la tumba no pudo ser clasificada con exactitud debido a la inadecuada
publicación de la tumba por parte de Henri de Morgan. No obstante un exhaustivo
análisis de la cerámica hallada, así como de la las paletas y de las hojas de
sílex, mostradas por Linda Braidwood, como típicas del Gerzeense tardío, todo
ello tomado en conjunto nos permite afirmar que la tumba debe entrar en un
rango de las S.D. en la quinta decena (50 en adelante).
― Discos de
caliza tallados y Paletas talladas: En tiempos amratienses comienza la
tradición de situar diseños representativos en las paletas de pizarra
ordinarias, un desarrollo que culmina en una serie de paletas grabadas muy
elaboradas. El grupo más temprano consiste en la paleta de los Cuatro Chacales
de el Louvre, la pequeña paleta de Hieracómpolis y la paleta de los Cazadores,
mostrando todas ellas características estilísticas importantes coincidentes con
el mango de cuchillo de Gebel el-'Arak. De acuerdo con ese dato, estas paletas
deberían pertenecer al mismo periodo que ese objeto, esto es, al Gerzeense.
Helene
Kantor apunta a la esencial unidad cultural de este grupo de objetos y sus
próximos lazos con artefactos datados del precedente Gerzeense (Naqada II). De
hecho su estudio asigna los objetos Semainienses al Gerzeense (Nagada II). De
esa forma Kantor (Kantor, 1944:135-136) propone la abolición del periodo
Semainiense, de todo él, argumentando que la Primera Dinastía no aparece
después de un periodo preparatorio largo de incubación pero que las tendencias
conducentes a ella se habían desarrollado más rápidamente en la cultura
Gerzeense. De acuerdo con la cronología de Kantor, por lo tanto, el periodo Gerzeense
(Nagada II) fue seguido inmediatamente por el periodo Early Dynastic -Dinástico
Temprano- sin intervención de ninguna transición como la que habría supuesto la
existencia de un periodo como el Semainiense. Mortensen (1991:17) añade peso a
los argumentos de Kantor. De hecho en su trabajo de 1954 (Kantor, 1954: 4)
habla de que están muy claras las tres entidades culturales o fases de la
secuencia de Alto Egipto, el Badariense, el Amratiense y el Gerzeense, pero
elude hablar del Semaniniense, el cual, como hemos visto, para ella no existe.
Revisiones de Elise J. Baumgartel
(Baumgartel, 1955 y 1970):
Elise
Baumgartel considera necesario decir algo acerca de la nomenclatura adoptada
para los varios periodos, dado que varios grupos de términos han sido
utilizados durante años sin que ninguno de ellos haya sido adoptado de forma
general, pese a que, para entonces, las denominaciones de las distintas etapas de
la cultura predinástica que se estaban imponiendo eral las de Nagada I y II.
Baumgartel,
en ese sentido sigue la terminología introducida por Scharff ya que la parece
la más práctica (Baumgartel 1955: 2), esto es, denominar Badariense a la
cultura más temprana conocida en aquellos momentos, mientras que considera que
el Tasiense no puede ser mantenido durante mucho tiempo como una civilización
separada. La siguiente etapa será denominada Nagada I y, siguiendo un orden
cronológico, llegaremos a la cultura Nagada II. Baumgartel, siguiendo la línea
de algunos de sus predecesores y contradiciendo las teorías de Petrie,
considera que no existe un tercer periodo que separe Nagada II de la Primera
Dinastía ya que según afirma Baumgartel (Baumgartel, 1955: 2) "since
nothing has been discovered to confirm Petrie's original assumption of a new
culture penetrating Egypt at that time" (Ya que no ha sido descubierto
nada que confirme la suposición original de Petrie de una nueva cultura que
hubiera penetrado en Egipto en este tiempo).
Más difícil
para Baumgartel es tomar una decisión sobre las Sequence Dating. El sistema de
Petrie es un brillante sistema según Baumgartel, pero no se sostiene para
fechar y debe ser completamente revisado y con cálculos muy diferentes para ciertos
casos.
Parece que
ha dado resultados correctos para datar de forma relativa el inicio del
predinástico y la partición del material de Nagada en dos diferentes periodos,
el más temprano desde la SD 30 a la 38 y el otro desde la SD 38 a la 76, parece
que se sostiene bien en base del sistema de Petrie.
Probablemente,
sin embargo, el primer periodo se extiende sobre un periodo mucho más largo que
el segundo periodo. El primer periodo, Nagada I, parece más o menos estático
mientras que el ímpetu que provoca el brillante desarrollo de la cultura
egipcia histórica y la pone a la cabeza de sus contemporáneos, viene
indudablemente, con el periodo Nagada II. Asombrosamente un periodo de tiempo
muy corto para lograr semejante culminación. Por lo tanto las Sequence Dates de
Nagada II han de estar demasiado estrechamente subdivididos si los comparamos
con el periodo más temprano Nagada I. De los estudios de Kantor, Baumgartel
(Baumgartel 1955:2) afirma saber que el final de Nagada II ha de estar cerca de
la SD 65.
Baumgartel
también detecta fallos en cuanto a la cerámica Wavy Handled se refiere,
cuestión de gran importancia si pensamos que Petrie basa parte de su sistema de
Sequence Dates en el desarrollo de estas jarras. Los tres primeros tipos de la
Lámina 28 (Petrie, 1921, Lámina XXVIII) del Corpus representan, evidentemente
las formas más tempranas. La número 1 está datada en la SD 40, sin embargo no
fue recogida por Petrie en ninguna tumba o contexto datado fiablemente sino que
parece haber sido comprada en un mercado. Petrie era, probablemente, de la
opinión de que el vaso procede de una tumba de Nagada que habría sido robada. La
segunda jarra, del tipo W1G procede de El-Amrah y así mismo la tercera, la W1T,
que en el Corpus de Petrie está datada en la SD 43. Eso debe ser un error ya
que la jarra fue hallada en la tumba 6 de El-'Amrah y en la publicación
original de McIver y Mace, señalan un margen entre las SD 40 y 64 para este
grupo de tumbas, difícilmente pueden ser datados más precisamente, tal y como
lo hace Petrie, y esta misma inexactitud en la datación se presenta en otros
ejemplos.
Scharff,
que se dio cuenta de que las Sequence Dates de Petrie no concordaban con
ciertos materiales, sabía que algo estaba equivocado. Sin embargo él trató de
explicar las discrepancias manteniendo que el sistema de Petrie era correcto
para Nagada solamente. Esto, en realidad no es así, en este caso es equivocado
para Nagada también (Baumgartel, 1955: 41).
No hay
razón para restringir las Sequence Dates solamente al Alto Egipto, pero la
atractiva línea de evolución expuesta por Petrie para las jarras Wavy Handled,
falla desde la base.
Las "Stufen" de Kaiser:
Hasta ahora
hemos visto una serie de críticas al sistema de las Sequence Dating de Petrie,
sobre todo en lo que hace referencia a la parte final del sistema. Werner
Kaiser no sólo critica el sistema de Petrie sino que hace una amplia revisión
poniendo a prueba la fiabilidad del Sistema de las Sequence Dates en cierto
número de terrenos. En particular pone a prueba la confianza depositada por
Petrie en el desarrollo morfológico de las jarras Wavy Handled, que mostró ser
inexacto en ciertos aspectos (Kaiser 1956).
Pese a ser
criticado, el Sistema de Sequence Dates de Petrie, sus principios generales en
el desarrollo de la cultura Nagada, no han sido contradichos fundamentalmente.
Pese a ello el sistema de Petrie no puede ser mantenido ya que da una idea
engañosa de gran seguridad mientras que, por el contrario, el sistema se torna
impreciso conforme se incorporan nuevos datos.
Pronto se
hace evidente que no se podían seguir utilizando las SD, las cuales daban una
false idea de precisión. No obstante, aparte de las críticas de varios autores,
que hemos señalado antes, se debe esperar bastante tiempo hasta la aparición de
una nueva cronología relativa, lo cual supone un enorme avance en el estudio
del Egipto Predinástico.
En efecto,
fue en 1957 (Kaiser, 1957) cuando Werner Kaiser sustituye el sistema de las
Sequence Dating de Petrie por su propia Stufen Chronology. En 1957 Kaiser se
comprometió a mejorar el sistema de Petrie utilizando la distribución horizontal
de las tumbas dentro de los cementerios, dato que, hasta ese momento, había
sido ignorado por Petrie aunque no por alguno de sus primeros ayudantes ya que,
en 1928, Guy Brunton, usando las Sequence Dates de Petrie, se dio cuenta de que
ciertos cementerios en el Egipto Medio exhibían agrupamientos temporales en el
espacio, por ejemplo en Badari, el cementerio 3800 tiene las tumbas más
tempranas en el centro y las tumbas posteriores están situadas tanto al este
como hacia el oeste (Brunton y Caton-Thompson, 1928:51).
Kaiser
justifica la empresa por el hecho de que un sistema basado en la intuición
acerca de la evolución de una clase de cerámica (la W-ware) sólo es capaz de
generar errores y esto es lo que sucedía, por ejemplo, con los grandes tipos de
jarras de Petrie W31, W32, W33 ó W35, que fueron situadas antes que los
pequeños tipos de jarras W41, W43, ó W44, cuando en realidad no es así. Para la
completa revisión del sistema que Kaiser pensaba llevar a cabo, decidió
realizar su estudio en base a la estratigrafía horizontal del cementerio
1400/1500 de Armant publicado por Mond y Myers en 1937 (Mond y Myers, 1937). Lo
básico para el método de datación de Kaiser es la expectativa de que el
crecimiento de un cementerio seguiría un diseño lógico, si no necesariamente
regular. Los estudios de distribución llevados a cabo por Kaiser en 1957 en el
cementerio 1400/1500 de Armant le permitieron formular un nuevo esquema cronológico
para el Predinástico del Alto Egipto. El nuevo esquema prescinde de la
terminología predinástica previa y establece el término "Cultura
Nagada" para describir la tradición predinástica del Alto Egipto. Por lo
tanto el sistema de las Sequence Dating ha sido, hoy en día, generalmente
reemplazado por la Stufen Chronology de Kaiser. Desafortunadamente el estudio
de Kaiser fue publicado solamente en una versión abreviada, como un artículo de
nueve páginas, acompañadas por once láminas, y esto hace ya más de cincuenta
años. Por la limitación de espacio dentro de la publicación, Kaiser fue incapaz
de incluir detalle de su método analítico. Un poco más recientemente, Kaiser
menciona en un artículo la extensión de su Stufen -Chronology dentro de la
Primera Dinastía (Kaiser 1990: Abb 1), pero la forma como el sistema fue
llevado a cabo permanece todavía sin publicar.
En su
estudio original, Kaiser comienza desde la distribución horizontal de las clases
cerámicas y tipos de objetos dentro del cementerio 1400/1500 de Armant (Mond y
Myers, 1937). Aunque este cementerio fue publicado con un alto índice de
calidad para su tiempo, la identificación de los objetos no puede ser controlada
ya que los objetos originales no están disponibles y sólo aquellos tipos que no
estaban representados todavía en el Corpus, fueron dibujados.
Kaiser
distingue tres zonas espaciales en función de los porcentajes relativos de tres
tipos cerámicos que contenían, la cerámica Black Topped (B-ware), la Rough (R-ware)
y la Late (L-ware), cada una de ellas dominando una zona del cementerio. Estas
zonas son consideradas como etapas cronológicas, las cuales pueden ser
consideradas como las tres etapas principales del desarrollo de la cultura
Nagada.
Werner
Kaiser intentó superar algunas de las dificultades del sistema de Petrie desarrollando
un método de datación relativa que hiciera uso de la ventaja que proporciona el
tomar en cuenta la estratificación horizontal observada por Brunton ya en 1928,
así como las diferencias tipológicas en las cerámicas predinásticas. Nos es, ni
más ni menos, que un intento de datar los contenidos de las tumbas más por la
posición de la propia tumba que por sus contenidos.
En primer
lugar, le sistema de Kaiser distingue tres grupos cerámicos, clases B, R y L,
cada uno de ellos dominando un área de la necrópolis, a cada una de estas áreas
dominada por un grupo cerámico determinado, Kaiser asigna un valor cronológico.
Este sistema divide el predinástico, ahora denominado "Cultura Nagada"
en tres fases o periodos principales llamados Nagada I, Nagada II y Nagada III
(fases, respectivamente, temprana, media y tardía de la cultura Nagada).
Recordemos como Petrie dividió también el periodo Predinástico egipcio en tres
fases distintas (Amratiense, Gerzeense y Semainiense). En efecto, utilizando
los porcentajes relativos de los tipos cerámicos Black-Topped, Rough y Late
encontrados dentro de los inventarios de las tumbas, Kaiser fue capaz de
dividir el cementerio en tres unidades geográficas y temporales. Una de las novedades
respecto al sistema de las Sequence Dating de Petrie es que Kaiser divide, a su
vez, cada uno de los tres periodos principales en subperiodos a los que él se
refería como "Stufen" (etapas). Usando los mapas del cementerio 1400/1500
de Armant, Kaiser divide dicho cementerio en tres etapas principales según los porcentajes
relativos de los tipos cerámicos que ya hemos señalado y después, en base a la
distribución de los dos grandes grupos cerámicos, la W-ware y la D-ware, en conjunción
con los tres grupos de cerámica ya vistos, la B-ware, la R-ware y la L-ware,
así como en otros criterios como tipos de paletas cosméticas, distribución,
trazado o plan de las tumbas, Kaiser detalla la cronología de cada uno de estos
tres periodos en que ha dividido la Cultura Nagada definiendo etapas más
pequeñas, concretamente Kaiser hace once subdivisiones en 1957, que pasarán a
ser quince en 1990 (Kaiser, 1990). Concretamente las once subdivisiones de 1957
son:
- Stufen I (o Nagada I): Ia - Ib - Ic.
- Stufen II (o Nagada II): IIa - IIb- IIc- IId1 - IId2.
- Stufen III (o Nagada III): IIIa1- IIIa2 - IIIb
Las
etapas/Stufen, tal y como quedaron en 1990 fueron las siguientes:
- Stufen I/Nagada I: Ia-Ib-Ic.
- Stufen II/Nagada II: IIa-IIb-IIc-IId1-IId2.
- Stufen III/Nagada III: IIIa1-IIIa2-IIIb1-IIIb2-IIIc1-IIIc2- IIIc3.
Estas
subdivisiones dependen de la distribución espacial de los tipos cerámicos ya
que solamente 115 formas aparecen más de una vez y muchas fueron encontradas en
sólo dos tumbas (Kaiser, 1957: 69; Patch, 1991: 157-161). Los tipos C-ware,
D-ware y W-ware fueron "encajados" en el sistema más que usados para
determinarlo o definirlo, pero su aparición forma la base de la existencia de
alguna de las subclases de Kaiser (Stufen Ib, IIb y IIc respectivamente) ya que
eran formas relativamente raras en Armant. Otros bienes funerarios, como
paletas cosméticas, elementos líticos y vasos de piedra, así como el tamaño y
la forma de la tumba y el número de vasos que contenía, fueron también anotados
y señalados en el mapa del cementerio con buenos resultados. El sistema de
Kaiser valida, en algunos aspectos, el trabajo de Petrie, en sus principales
divisiones, Nagada I, II y III, generalmente paralelas (con las debidas
matizaciones) a las de Petrie, así Nagada I sería aproximadamente sinónimo del
Amratiense, Nagada II del Gerzeense y Nagada III con el Semainiense o
Protodinástico (Kantor, 1992: 7). Dentro de estos tres periodos, once
subperiodos llamados Stufen como ya hemos visto y que fueron reconocidos de
acuerdo con el agrupamiento de tipos de objetos, principalmente cerámica. Como
el cementerio de Armant contiene solamente 149 tumbas y más de la mitad de los
tipos cerámicos aparecen sólo una vez, el agrupamiento de números limitados de
tipos relacionados era inevitable (Kaiser, 1957:77, nº 67) aunque esto no está
libre de riesgo. Por supuesto este método puede ser criticado desde el punto de
vista metodológico ya que más o menos postula las implicaciones cronológicas de
la implicación espacial, pero esto no parece ser un mayor problema práctico
dentro de los cementerios egipcios.
Los tipos
definidos por Petrie fueron integrados en estos subgrupos (por ejemplo la jarra
W24 en el Stufen IId1-IId2, etc.) Era obvio para Kaiser que cada fase estaba
claramente separada de la precedente por un nuevo tipo de artefacto que
justificaba un nuevo Stufen.
Como el
sistema de Petrie, la secuencia cultural de Kaiser estuvo caracterizada por la
aparición de nuevos tipos cerámicos y la desaparición de otros más antiguos,
por el desarrollo morfológico de las jarras Wavy-Handled y por la progresión
general de formas más abiertas a formas más cerradas. Donde el sistema de
Kaiser difiere del de Petrie fue en la demarcación de las fases culturales
(Needler, 1984: 44). Así, para Kaiser, Nagada II se extiende más allá del
Gerzeense, comprendiendo las S.D. 38 a 63. El periodo Nagada III de Kaiser corresponde,
aproximadamente, al Semainiense de Petrie, SD 63 a 80.
Trazando
las apariciones de las clases cerámicas y de las formas de los recipientes, en
un mapa del cementerio, Kaiser encuentra que los tipos se agrupan en áreas
específicas y que corresponden a periodos de expansión el cementerio. En
Armant, Kaiser encuentra que el cementerio de 170 tumbas, crece horizontalmente
a lo largo del tiempo, de sur a norte, en un diseño relativamente regular.
Este
sistema ofrece un marco cronológico tanto más estrecho como más sencillo que el
de las S.D. de Petrie, y es también más preciso ya que tiene en cuenta la distribución
geográfica de las tumbas. Fue extendido, más allá de Armant, a otros cementerios
en el Alto Egipto y Nubia. Sorprendentemente no ha sido posible verificar
completamente el Sistema de los Stufen ya que nunca ha sido publicado en
detalle. En efecto una pieza importante de información está perdida: la
duración de cada Stufe. La crítica más pertinente aparece en 1973 (según
Watrim, The Relative Chronology of the Nagada Culture.......") cuando Jean-Louis
de Cénival cuestiona las líneas de ruptura en el material de la cultura Nagada.
Para Cérnival, ellas no corresponden con las separaciones definidas por Kaiser.
Cérnival sitúa los Stufen Ia-b-c en la primera mitad de Nagada I. El Stufe IIa
en la segunda mitad de Nagada I. El Stufe IIb es situado en el primer tercio da
Nagada II. Los Stufen IIc-d en el segundo tercio de Nagada II y los Stufen
IIa-b en el tercio final de Nagada II (de Cénival, 1973: 56).
Como le
sucede a Kemp (Kemp, 1982), que condensó el Corpus de Petrie a 43 tipos los
cuales se repetían más de dos veces, Kaiser tiene que disminuir el Corpus de
formas de Petrie para su análisis. Los casi 600 vasos encontrados en Armant se
corresponden aproximadamente a 280 en las formas de Petrie. Solamente alrededor
de 90 de esos vasos fueron atestados en más de una tumba y solamente alrededor
de 25 en más de tres tumbas. Así fue necesario fusionar varios tipos que
mostraban formas similares o similares tendencias de manufactura (Kaiser,
1957:69). Haciéndolo así y subsecuentemente situando la cerámica en grupos
separados, más que en registros de Sequences Dates, Kaiser proporciona la
primera declaración explícita y clara ilustración gráfica (figuras 1.4-5) de
los desarrollos estilísticos dentro de la colección cerámica. Petrie traza la
"genealogía" de algunas formas de vasos en una variedad de clases
cerámicas no expresadas. Él sentía que la forma era más importante que la clase
de tipo cerámico -ware-. El estudio de Kaiser ha encontrado que esto no es
siempre verdad. Varias clases tienen su propia trayectoria, algunas de las
elecciones, por ejemplo la forma de la base, Kaiser las atribuye a influencias
extranjeras, sin embargo, las consideraciones funcionales son la motivación más
probable.
Esta
práctica ha probado ser tremendamente importante, tanto para datar recipientes
individuales y también para crear asociaciones cronológicas con conjuntos de
asentamientos, en las cuales los porcentajes relativos de tipos cerámicos no
van en caminos separados (Patch, 1991).
Basado en
su comparación de las etapas de Armant con el entero complejo cultural Nagada
conocido por él, Kaiser define sus etapas en relación con el sistema de las
Sequence Dating de Petrie como sigue:
- Nagada Iac.......... S.D. 30-38.
- Nagada IIab.......... S.D. 38-40/45.
- Nagada IIcd.......... S.D. 40/45-63.
- Nagada IIIab......... S.D. 63-76.
Cuando se
compara con el sistema de las Sequence Dating, el sistema de Kaiser tiene la
ventaja de incluir, no solamente la información del aparato tipológico sino
también la distribución espacial de los objetos. Más aun, no da la impresión de
extrema precisión, pero para periodos definidos, escapa en gran parte, pero no
completamente, al problema de convertirse, de forma incrementada, en un sin
sentido conforme son añadidos nuevos datos.
Críticas de Hendrickx al Sistema de
Kaiser:
El sistema
de Kaiser, como cabría esperar, no está libre de problemas. Aunque Kaiser
incluyó datos de varios cementerios además del de Armant, esencialmente es
cierto que los datos de un solo cementerio han sido usados para la descripción
de la cultura Nagada a lo largo del Alto Egipto. No obstante Kaiser es
consciente de las posibilidades de la diferenciación regional y ha informado
fenómenos diferenciales regionales en Mahasna, por ejemplo (Kaiser, 1957: 74).
El problema causado al usar el cementerio de Armant se hace más complicado si
se tiene en cuenta que las fases tempranas de la Cultura Nagada no están presentes
allí y también, las fases más recientes están muy escasamente documentadas o
directamente ausentes. Por lo tanto la definición de los Stufen Ia y Ib están
basadas en meras hipótesis, aunque de den datos de cementerios diferentes al de
Armant. Por otra parte la descripción del Stufe IIIb, aunque menos hipotético
que los Stufen Ia y Ib, está también basado en información de otros
cementerios. En la mayoría de los casos no es posible estudiar el desarrollo
espacial de estos cementerios y, por lo tanto, la descripción de Kaiser de los
Stufen Ia, Ib y IIIb depende en gran forma de la evolución teórica de los tipos
cerámicos como ya fue aceptado por Petrie.
Para
Hendrickx un punto inicial de debate es determinar si la división de Kaiser en
tres fases de la cultura Nagada es válida y, si es así, debería ser cuestionado
si los límites de los tres principales periodos de la Cultura Nagada están
basados en hechos que sean suficientemente obvios. En lo que a la distinción de
los tres periodos concierne parece no haber problema en una primera inspección
ya que varios cementerios pertenecientes a la Cultura Nagada muestran
evidencias de la presencia de tres grupos de tumbas dominadas respectivamente
por los tipos cerámicos Black-Topped, Rough y Late. Sin embargo estas tres
clases son identificadas en base a diferentes criterios pese a que la Clase
Black-Topped está hecha de sedimento del Nilo, principalmente Nile Silt A; la
clase Rough está elaborada también con un sedimento del Nilo pero atemperado
con paja y, por último, la clase Late está hecha con una materia prima
"Marl Clay", o Marga (roca más o menos dura, de color gris, compuesta
principalmente de carbonato de cal y arcilla en proporciones casi iguales). La
mayoría de los tipos individuales de las otras clases cerámicas pueden ser
atribuidos a una de estas tres clases de materiales. Hubiera sido más lógico
estudiar la distribución espacial de los tres tipos de "fabrics", es
decir, de materiales con los que se elabora la cerámica, y no sólo con las
clases cerámicas definidas por Petrie. Kaiser es consciente del problema y
describe la relación entre las "fabrics" y las clases cerámicas, pero
continua trabajando con las clases de cerámica de Petrie (Kaiser, 1957: 76,
nota 8).
La
transición entre el Stufe I y el Stufe II en el cementerio de Armant suscita
ciertas cuestiones. De acuerdo con los principios generales de Kaiser, el Stufe
I debería estar dominado por la cerámica Black-Topped, el cual, ciertamente, es
el caso. Y el Stufe II por la Rough pottery. Esta regla, sin embargo, falla al
aplicarla en el Stufe IIa, cuando la cerámica Black-Topped permanece dominante.
Si tenemos
en cuenta el tipo de material (fabric) con el que están hechas las piezas
cerámicas, veremos que, comparando las cerámica tipo "Nile Silt A" (arcilla
del Nilo tipo A) con la Nile Silt Straw-Tempered (Arcilla del Nilo atemperada
con paja), el carácter dominante del segundo tipo de material 59% frente a 39%)
permanece limitado incluso para el Stufe IIb.
Las
diferencias entre el Stufe IIa y el IIb, cuando la clase dominante de cerámica
cambia de Black Topped a Rough, así como entre el Stufe IIb y el IIc, con la
introducción de la clase Wavy Handled y cantidad de nuevos tipos decorados
(Decorated-ware) son mucho más importantes que las diferencias entre el Stufe
Ic y el IIa.
Otro punto
de importancia en esta discusión es que la Rough Pottery no aparece, cuando
menos se le espera, en un cierto momento en la evolución de la cultura Nagada. En
la excavación de asentamientos podemos apreciar que la Rough-ware constituye la
gran mayoría de la cerámica desde el comienzo de la cultura Nagada (por ejemplo
Brunton, 1937; Hendrickx y Midant Reynes 1988:8; Friedman, 1994), sin embargo
la Rough-ware sólo encuentra muy lentamente si vía de desarrollo en los cementerios.
La Rough pottery ya existía pues en un periodo anterior a su regular aparición
en tumbas, por lo tanto su ausencia o presencia no es suficiente razón para
distinguir dos periodos principales en la cultura Nagada.
Sin embargo
la distinción de Kaiser entre el Stufe I y el Stufe II no depende solamente de
la representación de los tipos cerámicos. De gran importancia es la aparición
en el Stufe IIa de bastantes tipos cerámicos, especialmente pequeños tipos
Rough, con forma de pequeños bolsos (R65b, R66a, R69r, R93c), los cuales no
estaban todavía presentes durante el Stufe Ic. No obstante, si hay que hacer
una distinción entre un primer y un segundo periodo dentro del desarrollo de la
cultura Nagada , parece más lógico dibujar la línea entre el Stufe IIa y IIb o
quizás incluso entre Stufe IIb y IIc.
La transición
del Stufe II al Stufe III tampoco está exenta de problemas. La diferencia entre
ambas fases está constituida por la clase Late que se impone sobre la clase
Rough como el grupo más importante numéricamente. Sin embargo el punto de vista
de Kaiser de la distribución espacial de la cerámica Rough y Late en Armant
(Kaiser, 1957: lámina15 B-C) no tiene en cuenta el hecho de un importante
número de los tipos Late están hechos en realidad con el material (fabric) de
la cerámica Rough (especialmente los pertenecientes a la serie L30), aunque
hemos de señalar que Kaiser es plenamente consciente del problema (Kaiser 1957:
76, nota 9). Teniendo en cuenta esa circunstancia con la cerámica Rough
obtenemos una imagen completamente diferente. En realidad el tipo cerámico Late
alcanza el 50 % de presencia entre los tipos cerámicos sólo en una pequeña
tumba (la número 1592) donde dos de cuatro recipientes cerámicos pertenecen a
la clase Late, siendo los otros dos objetos cerámicos de la clase Rough.
Por otra
parte, para todas las tumbas de la sección Sur del cementerio de Armant, los
tipos Rough constituyen el cincuenta por ciento, o más en la mayoría de los
casos, de la cerámica presente. Así que, en Armant, no hay una parte del
cementerio dominada por cerámica hecha en base a la arcilla del tipo Marl
(marga), sin embargo esto no quiere decir que no existan grupos de tumbas
dominadas por elementos cerámicos fabricados con este tipo de arcilla durante
la Cultura Nagada. Todo lo contrario, en otros cementerios grandes grupos de
tumbas están dominadas por la cerámica hecha con la arcilla tipo Marl, en Elkab
(Hendrickx, 1994) e Hieracómpolis (Adams, 1987) por ejemplo. E incluso tenemos
cementerios enteros como los de Tarkhan (Petrie, Wainwright y Gardiner, 1913;
Petrie, 1914), Tura (Junker, 1912) o Abu Roash (Klasens 1957-1961) están
completamente dominados por la cerámica elaborada a partir de arcilla del tipo
Marl (marga). La conclusión de todo esto, con respecto a la cronología de
Kaiser, según Hendrickx, es que la transición en el "dominio" del
tipo de cerámica Rough al tipo Late debería ser situado más tarde de lo que lo
hace Kaiser.
También hay
que mencionar un problema relativo a un Stufen particular, o mejor dicho a dos.
En efecto, la distinción entre el Stufe Ia y el Stufe Ib se basa aparentemente
en el contenido de unas cuantas tumbas pero en yacimientos de los que no
tenemos registros publicados de los respectivos planes de los cementerios
(Abidos, El-Amrah o Mahasna, según el propio Kaiser dice (Kaiser 1957: 73-74).
Tenemos 15 tumbas conteniendo 37 objetos que son atribuidas al Stufe Ia y 27
tumbas conteniendo 66 objetos son atribuidas al Stufe Ib. Y, aunque hay una
cierta diferencia entre el grupo de objetos atribuidos a cada uno de los
Stufen, hemos de señalar que existen varios tipos cerámicos (por ejemplo B22b,
B22f, B26b, P1a o P17) que aparecen en ambos Stufen. Esto junto con el limitado
número de datos y el hecho de que la distribución espacial de los objetos no
puede ser controlada por no existir los planos de los cementerios, hace pensar
que el Stufen Ia y el Ib podrían ser considerados como una sola entidad mientras
no estén disponibles más evidencias.
Otro
problema está causado por la relación entre los Stufen de Kaiser IId2 y IIIa1,
los cuales comparten los mismos tipos Wavy Handled y difieren principalmente por
la presencia o ausencia de los tipos Black-Topped y a través de sus tipos
Decorated.
También de
importancia son las transiciones de los tipos y formas cerámicas R84-86 a las
formas y tipo L30b-c. Y de P40g1 y P40e1 a P40q y P46b/Arm, así como la
aparición de cuencos o recipientes cerámicos restringidos como el P24q.
Sin embargo
cuando nos fijamos en el importante tipo Decorated, a cuyas formas componentes
da Kaiser como típicas para el Stufe IId2, resulta que no hay una sola tumba
donde uno de esos tipos Decorated esté presente junto con tipo Black Topped y
una Wavy Handled, jarra típica del Stufe IId2. Las siguientes tumbas están
involucradas: Para la forma D10m: Armant, tumba 1530; Badari, tumba 3753;
Mostagedda, tumba 229. Para la forma cerámica D49b: Abidos Cementerio E, tumba
340. Forma D63a: El Amra Cementerio A, tumba 118, Cementerio B, tumba 021, 230;
Armant tumba 1458, 1547; Naga ed Deir tumba 7117; Hieracómpolis "Fort
Cemetery" tumba 70; Mostagedda tumba 1626 y 1633; Nagada, Cementerio
Principal, tumba 524.
Entre los
otros tipos significativos, varios de ellos aparecen sólo ocasionalmente (para
los tipos estudiados por Hendrickx [1989] las apariciones de esos tipos son:
P40g1: 1 aparición; P40e1: 1 aparición; P40q: 5 apariciones; P46b: 5
apariciones; P24q: 1 aparición), mientras que las apariciones frecuentes de los
tipos R84-86 y L30b-c están relacionados unos con otros y pertenecen a un grupo
de tipos hacia los cuales Petrie, aparentemente, permitía importantes
variaciones. Hay que temer pues, que la atribución de un vaso cerámico a uno de
estos tipos por otros excavadores diferentes de Petrie, puede haber sido más
arbitrario.
También la
distribución espacial del cementerio de Armant 1400-1500, fácilmente permitiría
una agrupación diferente de tumbas por lo que el grupo definido por Kaiser como
Stufe IId2, podría no tener razón de existir caso de buscar una agrupación
diferente de esa tumbas.
Finalmente
hablaremos de los tipos Wavy Handled. Desde el momento de su primera aparición
durante el Stufe IIc hasta su desaparición al final de la Primera Dinastía,
siempre parece mostrar la evolución más rápida, sería muy extraño si este no
hubiera sido el caso durante el periodo de transición entre los Stufen IId2 a
IIIa1. Por todas esas razones la descripción arqueológica de los Stufen IId2 y
IIIa1 no puede ser mantenida en la forma tal y como fue definida por Kaiser. La
razón para esta confusión probablemente se origine a partir del análisis del
cementerio de Armant de Kaiser. La distinción entre los Stufen IIIa1 y IIIa2
causa un problema particular. Lo primero que hay que señalar es que en el mapa
de la distribución espacial donde las tumbas pertenecientes a cada Stufe son
mostradas (Kaiser 1957: tf. 20C), los símbolos que indican respectivamente
Stufe IIIa1 y IIIa2 han sido intercambiados erróneamente. Esto no constituiría
un problema real si no sugirieses que es el último Stufe, en el límite del extremo
sur del cementerio el cual está representado por sólo tres tumbas (las 1558,
1559 y 1594) más una tumba aislada en la parte norte del cementero, la 1578, la
cual, sin embargo, no tiene ni un solo tipo cerámico en común con las otras
tres tumbas. Analizando la distribución especial con esta corrección en mente,
será el Stufe IIIa1 el que esté representado por estas tumbas, de las cuales,
las dos más ricas, contienen tipos Wavy Handled (W41) que están cercanamente
relacionados con aquellos que aparecen en tumbas situadas poco más al norte
(Kaiser 1957: tf 16B), en los grupos de tumbas atribuidos por Kaiser al Stufe
IId2. La cerámica hecha con arcilla del Nilo, atemperada con paja, en la
dominante en la parte sur del cementerio, justo como sucede en las tumbas del
Stufe IId2 de Kaiser. Por lo tanto parecería apropiado omitir las cuatro tumbas
del Stufe IIIa1 como un grupo separado.
A
continuación tenemos que volver a hablar de los Stufen IIIb a IIIc3, que no
están representados en el cementerio de Armant 1400-1500. El Stufe IIIb fue ya
definido en la publicación original de Kaiser, el periodo más reciente ha sido
descrito de otra forma, siguiendo otro camino: Partiendo de la información
arquitectónica, inscripciones y material arqueológico, Kaiser distingue tres
periodos a los que denomina "Horizonten" (Kaiser 1964: 92-96; Kaiser
y Dreyer 1982: 260-269).
La
definición de los "Horizonten" no depende de la distribución espacial
y es, por lo tanto, de diferente orden que la cronología de los Stufen. En
cuanto a la cerámica, los "Horizonten" son descritos tal y como sigue
(Kaiser y Dreyer 1982: 264):
- Horizont A (antes de Iry Hor): W80 y similares tipos protodinásticos; grandes jarras 74b, 75q-v.
- Horizont B (Iry Hor - Narmer) Jarras cilíndricas con o sin decoración ondulante incisa, pero el segundo grupo se incrementa en número (Tipo protodinástico 50); grandes jarras como para el grupo previo con tipos adicionales 76 y 75 a-o.
- Horizont C (comienza con Hor Aha): Jarras cilíndricas sin decoración incisa; grandes jarras pertenecientes principalmente el tipo 76 o 75a-o.
A partir de
la descripción arqueológica de los Horizonten, inmediatamente queda claro
que el "Horizont A" puede ser identificado con el Stufe IIIb. La diferencia
entre el Horizonten B y C es menos obvia. La información sobre la que Kaiser
parte es muy limitada ya que él se ocupa de tumbas en las cuales hubieran
sido encontradas marcas con serejs. La distinción entre Horizont B y Horizont C
es particularmente difícil de hacer ya que no hay tipos de objetos que sean características
de cada Horizont individual.
Más
adelante Kaiser extiende la cronología de los Stufen hasta el final de la Segunda
Dinastía (Kaiser 1990: Abb 1). El Stufe IIIb fue dividido en dos subfases y
fueron añadidos tres nuevos Stufen, los IIIc1, IIIc2 y IIIc3.
La
distinción que hace Kaiser entre le Stufe IIb1 y IIIb2 no parece justificada, ya
que en Tarkhan por ejemplo, hay 226 tumbas en las cuales uno de los tipos, el cual
podría ser característico del Stufe IIIb2 (48s, t o 49d, l) mientras que en 116
de estas tumbas (sobre el 50 %) pertenecen a las series 46 y 47 (Stufe IIIb1) están
también presentes. Más aun, la distribución espacial de los dos grupos de tipos
no muestra ningún diseño obvio y la obvia distribución espacial del cementerio
de Turah no soporta la idea de una diferencia cronológica entre los tipos
mencionados antes.
Este punto
de vista puede ser apoyado por la observación de que la diferencia entre los
tipos pertenecientes a la serie 47 y tipos 48s, t/49d, l no es una diferencia
en la forma de los vasos, no incluso en la forma o importancia de la decoración,
sino solamente en la técnica por la que era aplicada la decoración. Por lo
tanto, en virtud del hecho de que Stufe IIIb2 cubre un periodo muy limitado de
tiempo de acuerdo con Kaiser (Kaiser 1990: Abb. 1) es preferible no hacer
distinción alguna entre el Stufe IIIb1 y el Stufe IIIb2.
El Stufe
IIIc1 de Kaiser consiste en tipos que son parcialmente característicos del
Stufe IIIb2 y parcialmente del Stufe IIIc2.
La existencia
de estas clases de "periodos transitorios" dentro de la evolución de
la cultura Nagada no puede ser negada, sin embargo sique podríamos cuestionarnos
la necesidad de distinguir un periodo para el cual no hay una serie de tipos de
objetos característicos y únicos. Esto es especialmente cierto cuando la
descripción arqueológica de los Stufen es usada a menudo para datar tumbas
individuales o incluso objetos. Por lo tanto parece mejor distinguir menos
periodos teniendo de esa forma un poco menos de información sobre la evolución
cronológica de un cementerio pero por otra parte habrá distintas fases
cronológicas que, arqueológicamente, ofrecerán mejores puntos de comparación.
Finalmente
prestaremos atención al artículo de Kaiser de 1957. En este estudio la
descripción de los Stufen es ilustrada por láminas en las cuales están dibujados
los tipos de objetos más importantes y característicos de cada Stufe (Kaiser
1957: tf: 21-24). Las láminas representan 244 tipos de cerámica, de esos solamente
119 -menos de la mitad- están representados en Armant. Los otros 125 tipos
proceden de tumbas encontradas en otros cementerios los cuales fueron asignados
por Kaiser a un particular Stufe, pero esto no está basado en la estratigrafía
horizontal de esos cementerios. Entres esos 125 tipos y formas cerámicas están
la gran mayoría de de tipos White Cross Lined, Decorated y Wavy Handled, los
cuales son usados a menudo como diagnóstico cuando la cronología relativa de la
cultura Nagada es discutida o cuando se hacen intentos de comparar datos
recientes con la cronología Stufen.
Problemas que Renée Friedman encuentra
en el sistema de Kaiser:
Para
Friedman (Friedman 1994) el importante sistema diseñado por Kaiser también
tiene sus problemas. Después de determinar las fases temporales en Armant,
Kaiser verifica su esquema enfrentándolo con las colecciones de otros
cementerios publicados y encuentra una fuerte correspondencia. Sobre qué bases
fue testada esta correspondencia no está nada claro, parece que él uso los
porcentajes relativos de los tipos cerámicos diagnósticos cuando esto era
posible, junto con la comparación con las tendencias generales, pero él no pudo
nunca comprobar la estratigrafía horizontal de muchos de los cementerios ya que
sus planos nunca fueron publicados. Para ilustrar estas etapas, Kaiser compiló
una tabla con las formas más importantes de todos los cementerios que él
estudió, no sólo el de Armant. Las tablas de Kaiser ilustran 244 tipos de los
que solamente 119 están representados en Armant, los otros 125 tipos proceden
de una variedad de otros cementerios los cuales fueron asignados a un
particular Stufe con criterios estilísticos.
Figuras compiladas por Kaiser en
diversos cementerios que fueron estudiados por él.
Láminas obtenidos de Renée Friedman 1994, fig 1.4 y 1.5, páginas 65 y 66.
Como las
subfases más tempranas de la cultura Nagada I no estaban presentes en Armant,
Kaiser usó material de cementerios en Abidos (Peet 1914: cementerios U, E y Fi)
para rellenar los espacios cronológicos vacíos al comienzo de la secuencia y
crear sus subfases Nagada Ia y Nagada Ib con criterios o bases tipológicas. En
las más tempranas de las fases de Kaiser, el tipo cerámico Black-Topped Red
aparece en tumbas modestas, exclusivamente en forma de de copas abiertas y
vasos con bordes simples y funcionales bases planas. La aparición de estas
formas simples sólo de Abidos a Abadiyeh parece sugerirle a Kaiser que el punto
"nodal" desde el que la cultura Nagada se desarrolla fue esa región.
En la fase Nagada Ib, estos simples vasos B-ware desarrollan bordes abiertos
hacia afuera. Basado en la aparición de estos vasos y otros indicadores en los
cementerios de la región de Badari, Kaiser sugiere que la cultura se ha
expandido desde esta región hacia el norte del Valle del Nilo.
Sin embargo
los "constructos" tipológicos de Nagada I de Kaiser deben ser re-examinados.
El tipo cerámico Black-Topped Red, esas formas con bordes simples, continúan
siendo encontradas en contextos de asentamientos que deben ser datados mucho
más tarde en base a otras cerámicas asociadas. Más aun Payne (Payne 1992) ha
encontrado que el gran cementerio de de Nagada no puede, con certeza, ser
llevado hacia atrás más allá de Nagada Ic. La posible desaparición del periodo
Nagada Ia tiene una pequeña implicación para la datación de muchos yacimientos,
pero es de la mayor importancia para la reconstrucción de Kaiser de los eventos
tempranos y la relación de la secuencia cultural que va del Badariense a
Nagada.
Para Nagada
Ic, como se demuestra en Armant, el repertorio cerámico se incrementa para
incluir jarras Black-Topped con bordes modelados. La mayoría de las formas
permanecen esencialmente sin cambios con la transición a Nagada II que está
marcada por la introducción de la Rough-ware, atemperada con paja. La
Rough-ware, de acurdo con Kaiser, aparece primero en forma de grandes jarras
cónicas (R(!) y pequeñas jarras globulares, a menudo con bordes moldeados,
cuellos levantados y bases apuntadas o redondeadas (R61a, R65b, R66a). Kaiser
sugiere que un nuevo influjo de gente, posiblemente del Desierto Oriental fue
la responsable de la introducción de esta nueva tradición cerámica de fondo
puntiagudo entre los usuarios de los tipos cerámicos B-ware y P-ware, de base
plana. Este punto de vista debe ser modificado a la luz de los hallazgos de
recientes excavaciones de asentamientos. Aunque la aparición de cerámicas
atemperadas con paja parecen ser un nuevo desarrollo en algunos asentamientos,
las bases no planas son comunes entre la cerámica doméstica, más grosera o
áspera, antes de la llegada de la Rough-ware. Además las pequeñas jarras no
están presentes en los asentamientos y en absoluto lo están en los cementerios
hasta mucho después en la secuencia Nagada II.
Otros
problemas con el sistema de Kaiser se encuentran en la etapa Nagada III. Los
cambios en los porcentajes relativos de tipos cerámicos en las tumbas de Armant
son tenidos en cuenta por la confianza de Kaiser en la clase L-ware de Petrie.
El tipo cerámico Late de Petrie es, de hecho, una amalgama de varios tipos
cerámicos que él consideraba pertenecían a formas degeneradas y está compuesta
básicamente de vasos hechos de arcilla del tipo "Marl" (marga), lo
mismo que ciertas formas degeneradas del tipo Rough-ware. Aunque Kaiser (Kaiser
1956: fig. 3) afirma haber distinguido entre aquellas hechas de marga (Marl o
arcilla del desierto) y aquellas de arcilla del Nilo atemperada con paja, es
imposible hacer esta distinción en base a la publicación de cementerios. Aun
más, como el cementerio de Armant no continuó en uso más allá o más tarde de
Nagada IIIa2, la etapa Nagada IIIb de Kaiser está basada en el examen del
cementerio de Turah, localizado cerca de El Cairo.
Otras
críticas pueden ser hechas a este sistema que no por criticado deja de tener
una gran importancia en el desarrollo de la datación relativa del Predinástico Egipcio,
en este caso la crítica se basa en la asunción de que toda variación en las
tumbas puede ser cronológicamente significativa. Kemp (Kemp 1975) discute otras
posibles causas para el cambio en un conjunto mortuorio en cuanto a los
cementerios de Qau, el estatus social del individuo, su poder adquisitivo, la
disponibilidad de bienes , reliquias o incluso moda tanto a nivel individual
como regional, son todas posibles influencias. Para el periodo Predinástico no
tenemos información específica sobre cómo los objetos fueron elegidos para la
tumba y quien los escogió.
Estudios
realizados han encontrado que las mujeres fueron favorecidas en cuanto a la
cantidad de bienes en sus tumbas en Nagada, que los niños fueron ricamente
dotados en el Fort Cemetery de Hieracómpolis (Adams 1987) y que no se
manifiesta diferencia en riqueza o tipo de bienes funerarios por sexo
(Podzorski 1989; Castillos 1982).
El
crecimiento diferencial en tamaño de la tumba y equipación, así como la
creciente tendencia a segregar las tumbas grandes y ricas en cementerios
propios, son manifestadas más marcadamente al final del periodo Nagada II. Esta
tendencia sugiere que la variación en los contenidos de la tumba ni son
simplemente debidos al mero cambio de costumbres debido al paso del tiempo sino
que esta situación puede confundir tanto a la seriación de artefactos como todo
aquello que se infiera de la distribución espacial de un cementerio.
Problemas que Toby AH Wilkinson
encuentra en el sistema de Kaiser:
De nuevo
los problemas más grandes se presentan con la fase final de la secuencia Nagada
III. La demarcación de esta fase y la identificación de un conjunto cultural
característico "post-Nagada" representan indudablemente grandes
mejoras con respecto a la imperfección del Semainiense de Petrie. Sin embargo
la metodología por la que fue formulada Nagada III ha sido objeto de críticas
(Mortensen 1991:15; Hendrickx 1993). El cementerio 1400-1500 de Armant sobre el
cual basó Kaiser su esquema cronológico, contenía más series representativas de
tumbas de los periodos Nagada I y Nagada II, pero en común con otros
cementerios en el Valle del Nilo parece haber sido en gran parte abandonado
durante el periodo de la formación del estado. Así, sólo un puñado de tumbas
que datan de Nagada III fueron excavadas en Armant. La crucial etapa final del
periodo Predinástico - la transición al dinástico temprano – no está
prácticamente representada en Armant. El material característico de Nagada III
que Kaiser representa en la publicación de su cronología relativa deriva de
otros yacimientos - donde la transición sí está representada - y se adjuntan a
los resultados basados en Armant. El tiempo de vida útil del Cementerio
1400-1500 acaba, para los propósitos de trazar los cambios culturales, antes
del final del Predinástico.
El sistema
de Kaiser situó la cronología relativa del Periodo Predinástico en una posición
más sólida y fue adoptado completamente, suplantando, casi totalmente, al
sistema y la terminología de las Sequence Dates de Petrie (Needler 1984:44).
Sin
embargo, estudios posteriores han sugerido que algunas revisiones eran necesarias,
particularmente al final de la secuencia, cuando entre el periodo Dinástico
Temprano. Una potencial debilidad del sistema de Kaiser es que claramente
deriva de un solo yacimiento pero ha sido aplicado sin vacilación a contextos
arqueológicos a lo largo de Egipto, desde Hieracómpolis al sur (Adams 1987) a Buto
en el Delta Nor-Occidental (Von der Way 1991). La secuencia basada en Armant
fue testeada de forma limitada contra los datos de otros cementerios
contemporáneos. De cada cementerio contra el que la secuencia era testada, las
tumbas eran identificadas con las que se ajustaban a la descripción
arqueológica de cada Stufe (Kaiser 1957: 73-74). Sin embargo la secuencia
cultural completa de cada uno de los cementerios no fue analizada como lo había
sido para Armant 1400-1500. No se llevaron a cabo controles para determinar si
una tumba de otro lugar que mostraba el mismo conjunto que una de Armant,
mostraba, de hacho, también la misma fecha relativa. Esto deja un problema,
tanto de pruebas como de metodología (Hendrickx 1993:19-20).
Basado en
su análisis del cementerio de Turah (Kaiser 1964) identifica tres peri0dos que
abarcan desde la transición del Predinástico Tardío al Temprano Dinástico. A
estos periodos, Kaiser los llamó "Horizonten" y fueron distinguidos
por las evidencias de inscripciones, arquitectónicas y arqueológicas (cerámicas
principalmente) (Kaiser y Dreyer 1982: 260-269). Más recientemente el tercer
periodo, "Horizont C" parece haber sido abandonado (Kaiser 1990:289,
fig. 1). Como ya había apuntado Hendrickx (Hendrickx 1993:25, véase más
arriba), la distinción arqueológica entre Horizonten B y Horizonten C nunca
estuvo clara ya que fueron elaborados en base a la frecuencia de aparición de
los mismos tipos cerámicos, vasos cilíndricos y jarras de vino. Los Horizonten
han sido usados, sobre todo, para correlacionar la secuencia del desarrollo
cerámico con la cronología política de la transición del Predinástico al
Dinástico Temprano (Kaiser 1990:289, fig., 1). Cada una de las inscripciones
reales tempranas atestadas en este periodo ha sido asignada a uno de los
Horizonten (Kaiser y Dreyer 1982:263, fig. 14).
Más
recientemente, Kaiser en 1990 publica una versión revisada de su esquema
cronológico para la cultura Nagada. En ella extiende la secuencia desde las 11
etapas iniciales a 15, llevándola tan lejos como el final de la Primera Dinastía.
Él subdivide la etapa final de la secuencia original, el Stufe IIIb en dos
diferentes IIIb1 y IIIb2. Después de estos, fueron añadidas tres nuevas etapas:
Stufen IIIc1, IIIc2 y IIIc3. La etapa Stufe IIIc representa una fase cultural
coetánea con la Primera Dinastía aunque hay una pequeña y discernible
diferencia entre la cerámica de este Stufe y la del precedente Stufe IIIb. Lo
que la terminología de Kaiser acentúa correctamente es la continuidad cultural
entre la Primera dinastía y el periodo precedente. Kaiser no expone de forma
explícita que criterios él había usado para identificar las nuevas fases, pero
una comunicación personal a Hendrickx (Hendrickx 1993:26) indica que la
evidencia cerámica -otra vez vasos cilíndricos y jarras de vino- habían sido de
extrema importancia. La demarcación de estas fases, las cuales abarcan la
crucial transición al Periodo Dinástico Temprano, han sido puestas en duda
(Hendrickx 1993). Otra vez, el periodo de formación del Estado es el foco tanto
del argumento cronológico como de incertidumbre.